El director de ‘Deadpool y Wolverine’, de 56 años, confirmó en 2022 que trabajará con Lucasfilm en una nueva entrega de la querida franquicia de ciencia ficción y ahora ha revelado que no tiene previsto vincular su trabajo a ninguna otra cinta o serie de televisión de la longeva saga.
En declaraciones al podcast ‘Happy Sad Confused’, afirmó: «Diré que la experiencia de elaborar esta historia me ha obligado a pensar en esa pregunta. Porque sólo hay un número limitado de veces en que las películas de ‘Star Wars’ pueden volver a visitar la misma sección de la línea temporal, y eso me ha obligado a hacerlo, porque no quiero hacer una película de ‘Star Wars’ que sea redundante con otras, ni me interesa hacer una que tenga que servir a otra película».
El cineasta, que está escribiendo la cinta sin título con su co-guionista de ‘The Adam Project’, Jonathan Tropper, añadió que estaba haciendo la producción con «el tono y los personajes» en primer plano.
Dijo: «Realmente quería crear algo que me pareciera orgánico, tanto en el tono como en los personajes, así que creo que ciertamente existe la Fuerza y una conexión con algo más grande que nosotros mismos. Y la forma en que eso puede hacernos poderosos, esos temas, combinados con el deleite visual y el cumplimiento de los deseos, eso es ‘Star Wars’ para mí».
Shawn describió anteriormente cómo quería que la experiencia de ver ‘Deadpool y Wolverine’ replicara la sensación que tuvo al ver la película de ‘Star Wars’, ‘El retorno del Jedi’, cuando era más joven.
Así lo escribió en un ensayo para la revista Esquire: «Fui al cine una y otra vez para ver ‘El retorno del Jedi’. Recuerdo perfectamente la escena en la que Luke se esconde de Vader en la habitación del Emperador y Vader pronuncia el discurso que termina diciendo: ‘Si no te pasas al lado oscuro, quizá tu hermana lo haga’. Había un silencio sepulcral. Un silencio sepulcral. De repente, Vader pulsa el botón equivocado. Luke sale gritando de las sombras y se lanza a una batalla de sables láser contra Vader. La forma en que se sintió: Los cuarenta segundos de quietud del público, y luego el espectáculo y la emoción, están grabados no sólo en mis ojos, sino en mi corazón».
