A sus 27 años, la penúltima hija de Caitlyn y Kris Jenner, se ha convertido en una de las modelos mejor pagas del mundo con un patrimonio de 60 millones de dólares (sin contar la cuantiosa herencia de su familia). Sin lugar a dudas, la también empresaria vive la vida que muchas personas desearían, sin embargo, Jenner ha confesado en una reciente entrevista con The Wall Street Journal que no todo ha sido perfecto en su vida, de hecho, nunca se ha sentido cómoda siendo una de las inalcanzables Kardashian.
Kendall se ha mantenido tan lejos de las cámaras como es posible, refugiándose en su amor por la equitación y haciendo negocios con su nueva marca de tequila 818, pero la vida de socialité llena de glamour es algo que no comparte con su familia.
“Desde que era muy joven, me sentí fuera de lugar en mi familia. Nací en esta vida, pero no la elegí”, aseguró Jenner a The Wall Street Journal. La modelo continúa asegurando que la vida de celebridad “no se le da bien” aunque ha tenido que aprender a hacerlo. El proceso no ha sido fácil, pues hay varios videos de Kendall vertiendo toda su ira en los paparazzi; con el tiempo, aprendió a tolerarlos, pero no es algo con lo que esté cómoda.
Parece ser que la sangre ha pesado mucho en Kendall, pues asegura que se siente más identificada con su padre que con el clan Kardashian.
“Obviamente entiendo que caigo bajo el paraguas de las hermanas Kardashian. Me hace gracia, porque soy igual que mi padre en muchos aspectos. Soy muy Jenner, en mi opinión”.
A pesar de sentirse fuera de lugar, Kendall reconoció que es una persona muy privilegiada, incluso con todos los aspectos que suponen un reto en su vida. Sin embargo, otro tema que molesta a Kendall es el tipo de fama que tiene su familia, en la que cualquier cosa que hacen se torna en algo negativo.
“Me considero una de las personas más afortunadas del planeta por poder vivir la vida que vivo. Pero creo que para mí es un reto mucho más de lo que no lo es (…) No voy a sentarme aquí y decir: ‘Pobre de mí’ [sobre la atención], pero sí creo que es bastante intenso. La gente es más mala con mi familia en general. Lo toman todo y lo convierten en algo malo”.
Kendall no ha encontrado su lugar frente a las cámaras, de hecho, tiene un serio problema con ser vista como la chica que siempre que llamar la atención. En la entrevista, contó que en un evento con su familia evitó tomarse fotos debido a que usaba unas botas de plataforma Marc Jacobs que la hacían medir alrededor de 180 cm. Pero que no se sienta cómoda con el modus vivendi de su familia no significa que no tenga un amor profundo por todas sus hermanas, sobre todo por su hermana directa, Kilye Jenner, quien rompió el silencio sobre cómo es su relación con Kendall.
“Kendall es muy consciente de sí misma… Está creciendo mucho. Me despierto y ella está [haciendo ejercicio] en mi casa. Éramos un equipo cuando crecíamos. Bueno, malo, lo que sea, ella es la primera persona a la que llamo”.
Otra persona muy importante en la vida de Kendall es Hailey Bieber, esposa de Justin Bieber desde 2018. Kendall y Hailey son amigas desde jóvenes, y hasta el día de hoy, Hailey ha apoyado a la modelo convenciéndola de hacer ballet, entrar a terapia y siendo un apoyo incondicional en una industria que puede llegar a ser muy cruel.
“Hay algo reconfortante en tener una amistad con alguien que está a tu lado en la misma industria. Hay una comprensión que esa persona tiene que otras personas no tienen. Intentamos apoyarnos mutuamente siempre que sea posible”.
Un tema que ha llamado mucho la atención en los últimos días son los rumores de un posible embarazo. Ante esto, Kendall se limitó a responder lo siguiente: “Estoy emocionada por ese momento de mi vida. Sólo sé que ahora no es el momento”.