Durante casi dos décadas, Will Smith y Jada Pinkett formaron uno de los matrimonios más estables y poderosos de Hollywood, pero en ocasiones sólo en apariencia. Como reveló recientemente la actriz estadounidense, madre de los también mediáticos Jaden y Willow Smith con el astro de Hollywood, lo cierto es que la pareja lleva siete años separada ‘de facto’. Ella no ha cerrado en ningún momento la puerta a una posible reconciliación, pero tampoco acaba de quedar claro si realmente la necesitan.
Resulta complicado describir su actual vínculo con el que fuera protagonista de ‘El Príncipe de Bel-Air’. No están oficialmente juntos pero, al mismo tiempo, Pinkett sigue hablando de su relación como la de dos compañeros que forman un equipo sólido y unido. «Esa amistad ha sido el núcleo de lo que nos ha permitido superar tantas cosas juntos», presume sobre su resistencia ante las adversidades. «Nos hemos encontrado en el medio. Aprender a estar para uno mismo es aprender a querer al otro. Ha sido un largo proceso en aprender a amarnos», argumenta en su última entrevista a la revista Red.
Su vida en común ha estado repleta de altibajos, infidelidades por parte de Pinkett, quien admitió haber mantenido un romance paralelo con el cantante August Alsina, y alguna que otra lucha de egos. En ese sentido, la artista ha reconocido ahora que uno de los aspectos más irritantes de su matrimonio era que ciertos sectores de la opinión pública la redujeran a una mera consorte. «Eso fue más desagradable que todo lo demás… Tenía muchos problemas debido a mis dificultades emocionales, pero eso me molestaba profundamente», ha contado sobre lo complicado que le resultaba no ser, a ojos del mundo, nada más que la mujer de Will Smith.
Will Smith y Jada Pinkett siempre tuvieron una visión muy flexible sobre la idea del matrimonio, pero en la práctica esa mentalidad no terminó de ser efectiva a la hora de proporcionarles estabilidad, ni esa «honestidad» con la que ambos hablaban sobre las «tentación» de sentirse atraídos por otras personas. «Siempre he tratado de alejarme de términos tan convencionales como ‘matrimonio’, porque la gente tiene una idea muy específica sobre ello, y yo no pretendo cambiarla. Me encanta pasar tiempo conmigo misma, y también con mi familia. Eso es todo y no deseo hacer otra cosa», explica.