Hoy es Cara Dune, una antigua soldado de choque durante la era del imperio y uno de los principales aliados del protagonista principal de Mandalorian, pero Gina Carano va mucho más que eso. Es mucho más que una actriz al uso. Estamos hablando de una de las pioneras de las artes marciales mixtas, todo un icono de la lucha que cambió las MMA por la actuación… sin dejar de ser ella. Sin dobles, dotando a sus personajes de una personalidad propia, manteniendo su esencia de arma mortífera con sonrisa picarona a la par de sexy. Gina siendo Gina.
Antes de que Ronda Rousey, con la que estuvo a punto de pelear en su momento, revolucionase el mundo de las artes marciales mixtas, Gina Carano ya se había hecho con una parcela en el deporte estadounidense. Se apuntó al gimnasio porque su novio la convenció para ir con él y le tomó el pulso a eso de ponerse en forma. Más tarde se interesó por las artes marciales y con el tiempo escribió en su currículo que formó parte de la primera pelea femenina de MMA, allá por 2006, además de protagonizar también el primer combate pay-per-view de mujeres ante Cris Cyborg en 2009, en lo que fue la única derrota de su carrera como luchadora (7-1) y la última vez que se enfundó las guantillas.
La derrota contra la bestia brasileña terminó con sus andanzas dentro de la jaula y la hizo replantearse su camino, y entonces apareció el cine. “Me ofrecieron hacer mi primera película [Blood and Bone] una semana después de perder mi primera pelea de MMA, a los dos o tres meses me mandaron el guion y a los cuatro meses estaba entrenando para grabar. Después de aquello me tomé un tiempo para reevaluar el momento de mi vida en el que me encontraba”, explicó Gina Carano en una entrevista para slate.com. “Pude haber vuelto a pelear, simplemente poniéndome en forma, pero me pasaron un par de cosas personales que prefiero guardarme para mí. Nunca quieres forzarte a ti mismo a hacer algo que pueda no ser saludable”. Por aquel entonces ya había aparecido en portadas de revistas y en los shows televisivos más importantes de Estados Unidos. Ya había trascendido más allá del deporte.
Hayware (2011), Fast & Furious 6 (2013), Deadpool (2016) o Kickboxer: Vengeance (2016) son algunas de sus películas más reconocibles por el público generalista. Mandalorian es la serie que la ha catapultado a la fama mundial, once años después de retirarse de las artes marciales mixtas. “Quién hubiera dicho que esto iba a ser mi camino. Estoy muy agradecida”, declaró en una de las múltiples comparecencias de prensa durante la promoción de la serie de Disney. “La magia sucede de vez en cuando en la vida y en mi caso apareció en un momento en el que necesitaba que así fuese. Voy a hacerlo lo mejor que pueda para que todo el mundo se sienta orgulloso de mí”. Tanto es así que Gina Carano se ha involucrado siempre al máximo en sus personajes, hasta el punto de no querer utilizar dobles en sus escenas de riesgo. Con Mandalorian ha ido todavía un paso más allá. “Cuando le digo a la gente que soy actriz me preguntan si uso dobles y siempre contesto que no soy una actriz normal”, aclara. “Solía pelear, así que me explicaron algunas cosas sobre los combates en el cine, que es algo completamente distinto. Los especialistas tienen la misma pasión que yo por las artes marciales mixtas, así que no fue complicado”.
El papel de su vida
La implicación de Gina Carano es total cada vez que se pone delante de la cámara y por eso no es de extrañar el (merecido) regalo que le ha hecho la industria en forma de uno de los mejores papeles posibles. Uno que encaja a la perfección con su personalidad y su imagen y que hace de Cara Dune alguien de lo más aclamado por la crítica y los fans. Una mujer echada para adelante, con fuerza y muy alejada del estereotipo de ‘princesa’ o ‘acompañante’. Algo que se lleva tiempo reclamando por los seguidores de la saga de Star Wars y que se ha hecho realidad en el Mandalorian. El creador de la serie, Jon Favreau, dio forma a Dune pensando en Carano, hasta el punto de que el papel de la dio automáticamente, sin hacer ningún tipo de casting para el personaje.
Cara era Gina desde antes de que la ex luchadora aceptase. Una mujer capaz de utilizar armamento, con la habilidad de pelear, dispuesta al combate cuerpo a cuerpo si es necesario y conocedora del campo de batalla. Una mujer que muchas jóvenes querrían poder emular por actitud y energía a la hora de “enfrentarse a los problemas que implica el querer reincorporarse a una sociedad que la dio la espalda”, como la propia actriz explica. Los fans la adoran y la ven como un modelo a seguir con bastante tintes feminista. Motivos más que suficientes para que Disney haya explotado su imagen en los carteles de Mandalorian y su merchandising. “Tener un muñeco con mi imagen para podérselo dar a mi hermana, que tuvo un bebé, y poder ver juntas la película es algo asombroso”, confiesa una Gina Carano que al igual que Cara Dune se ha reciclado y encontrado definitivamente su sitio… alejado de la jaula de las MMA.