La aclamada franquicia de acción John Wick, protagonizada por Keanu Reeves y ahora conocida por recaudar más de mil millones de dólares en taquilla, estuvo a punto de no ver la luz.
Un problema financiero inesperado puso al proyecto en riesgo de cancelación apenas 24 horas antes del inicio del rodaje en 2014. La salvación llegó de la mano de una fuente inesperada: Eva Longoria, quien invirtió una fuerte suma en el momento más crítico.
Una decisión de último minuto
Chad Stahelski y David Leitch, directores de la película, revelaron en una entrevista con Business Insider que la producción de John Wick enfrentó serios problemas financieros a menos de una semana del rodaje.
“Perdimos casi $6 millones en la financiación por un hueco imprevisto. Estábamos sosteniendo la película de manera independiente para conseguir el aval, pero uno de los inversionistas no logró recaudar el dinero a tiempo”, explicó Stahelski.
Reeves, los directores y el productor Basil Iwanyk ya habían aportado fondos propios al proyecto, con Iwanyk incluso maximizando el límite de tres tarjetas de crédito personales. Sin embargo, el presupuesto seguía siendo insuficiente.
En un intento desesperado, la agencia Creative Artists Agency (CAA), que colaboraba en la financiación, ofreció a algunos de sus actores la oportunidad de invertir en la película. Fue entonces cuando Eva Longoria se convirtió en la pieza clave. “Ella vino al rescate y cubrió el hueco financiero, literalmente menos de 24 horas antes de que tuviéramos que cerrar la producción y abandonar el proyecto”, relató Stahelski a la prensa.
Sorprendentemente, ni los directores ni Reeves supieron al principio quién había aportado los fondos necesarios. “Nos enteramos al final del rodaje, cuando Basil nos llevó a cenar. Estábamos riéndonos de todo lo que había pasado y entonces nos dijo: ‘Por cierto, ¿saben quién financió ese hueco? Eva Longoria.’ Y nosotros nos quedamos como, ‘¡¿Qué?!’”, narró el cineasta.
Después del estreno de John Wick, Longoria disfrutó del éxito junto al equipo creativo. Stahelski y Leitch la invitaron a un almuerzo en el famoso Chateau Marmont para agradecerle por haber salvado la producción.
“Ella se reía y decía: ‘No pensé que fuera a funcionar’”, recordó Stahelski en su conversación con Business Insider. Más adelante, durante una alfombra roja, Longoria se reencontró con los directores y celebró su inversión. “Me dijo, ‘Wow, fue el mejor dinero que he invertido’. Le rindió mucho”, agregó Leitch.
El proyecto, que inicialmente era una apuesta arriesgada, recaudó $86 millones con un presupuesto de entre $20 y $30 millones. Keanu Reeves, cuya carrera estaba en declive tras fracasos comerciales como 47 Ronin: La leyenda del samurái, se convirtió en una vez más en un ícono del cine de acción. Por su parte, Stahelski —que debutaba como director— consolidó su carrera gracias al éxito de la película.
Para Longoria, también fue una de las decisiones más rentables en su carrera como productora. Aunque el público la asocia principalmente con su éxito en la serie Esposas Desesperadas, la actriz se diversificó con la creación de su compañía UnbeliEVAble Entertainment en 2004 (ahora Hyphenate Media Group) para seguir produciendo proyectos para cine y televisión. Ready for Love, Telenovela y Grand Hotel son algunos de los títulos en los que colaboró la empresa.
La expansión de la franquicia
Desde su modesto comienzo en 2014, John Wick creció hasta convertirse en una franquicia global con tres secuelas. La más reciente de estas, John Wick 4, recaudó USD $440 millones de dólares en taquilla con un presupuesto de USD $100 millones de dólares, de acuerdo con Entertainment Weekly.
La saga también se expandió a otros formatos, con una serie de televisión titulada El Continental y la película Ballerina, protagonizada por Ana de Armas, que llegará a los cines en 2024. Además, un próximo spinoff centrado en el personaje de Caine, interpretado por Donnie Yen, ya está en desarrollo.