Hace dos años se celebraba la boda de la década entre el príncipe Harry y la ex actriz estadounidense Meghan Markle. Millones de personas en todo el mundo siguieron el enlace real. Pero hoy casi nadie recuerda ese momento con entusiasmo. El Megxit es el único tema de conversación cuando los duques Sussex son noticia. Para muchos, su marcha tras 730 días dentro de la familia real británica fue una especie de traición a la mismísima Isabel II y un gasto tirado a la basura por parte del bolsillo del contribuyente.
Harry y su esposa cambiaron Londres por Hollywood. El adiós de los Sussex dejó un costo financiero al pueblo británico. Norman Baker, ex ministro del Gobierno británico, realizó un detallado estudio de los gastos generados por lo duques de Sussex en ese tiempo, y dio a conocer las cifras astronómicas, que no dejan muy bien parada a la pareja.
“Desde el día de su boda hasta el 31 de marzo de este año, calculo que el contribuyente británico ha desembolsado más de 44 millones de libras (cerca de USD 53 millones) para proporcionar a Harry y Meghan, al parecer, lo que ellos querían”, comentó Baker al citado medio, asegurando que la cifra podría, incluso, ser mayor, aunque imposible de calcular debido a la opacidad en torno a las cuentas de la Casa Real.
Entre los gastos analizados por Baker, se tienen en cuenta el pago de sus empleados, el costo del despido de los mismos tras el Megxit, sus cuestionados vuelos privados en sus vacaciones de verano, su seguridad o la organización de su sonada boda, que calcula que pudo llegar a costar cerca de 33 millones y medio de libras (cerca de USD 40 millones).
Los recién casados comenzaron su vida juntos en Nottingham Cottage, una acogedora casa victoriana en los terrenos del Palacio de Kensington. Se mudaron al apartamento 1, después de que fuera restaurado. Según los informes, los trabajos de refacción que llevaron un año le costaron al contribuyente £ 1,4 millones. Sin embargo, la pareja decidió que no querían mudarse allí. ¿La supuesta razón? La mala relación de los duques de Sussex con sus vecinos: el príncipe William y su esposa, Kate Middleton.
Cuando en enero dieron a conocer su renuncia a la familia real, los duques se comprometieron a devolver hasta la última libra al pueblo británico. Al matrimonio le llevaría años devolver los casi USD 3 millones que costaron las obras de remodelación de Frogmore Cottage, su residencia situada en los terrenos del Castillo de Windsor. Un casa que les prestó Isabel II y en la cual solo vivieron unos meses con su primogénito, Archie. De acuerdo al Daily Mail, la pareja ofreció £ 18,000 al mes, que también está destinado a cubrir el alquiler de lugar. De ser así, tendrán que pasar muchos años hasta que el hijo y la nuera del príncipe Carlos logren saldar la deuda con el contribuyente.
Sin embargo, entre ellos tienen una fortuna estimada de muchos millones. La pareja, que conserva sus titulos de Altezas Reales, podría pagar el monto total de una vez, si así lo quisieran. Mientras tanto, han estado disfrutando de una costoso estilo de vida.
Al poco tiempo, tras su partida como miembros de alto rango de la realeza, Markle y su hijo Archie se fueron a vivir a una mansión USD 10 millones en la isla de Vancouver, Canadá, y luego se mudaron a una residencia de USD 18 millones en una comunidad cerrada de Beverly Hills, Los Ángeles, propiedad del magnate de la música Tyler Perry, a quien Meghan supuestamente conoció a través de su íntima amiga, Oprah Winfrey.
Baker señala que el príncipe, de 35 años, recibió la mitad de una herencia de 21 millones de libras (25 millones de dólares) de su madre y otra de 7 millones de libras (casi 8 millones de dólares) de Isabel II en 2002, además de contar con 2,3 millones de libras (2,5 millones de dólares) anuales proporcionados por el príncipe Carlos. En cuanto a Meghan, de 38, calcula que su trabajo como actriz le ha podido reportar cerca seis millones de dólares.
En agosto del año pasado, para celebrar el cumpleaños de Meghan, pasaron una semana en una exclusiva villa de Ibiza, España, donde la tarifa durante siete días es de USD 100.000. Desde la boda, también se dice que Meghan acumuló joyas por un total de £ 600.000 (cerca de USD 730.000), una colección más grande que la fallecida Lady Di.