Tras el boom que ha causado «Roma» a nivel mundial, todos se preguntan quién es la mujer que inspiró a Alfonso Cuarón a retratar un fragmento de su vida y de lo que pasaba alrededor de ella en la década de los 70.
Liboria Rodríguez quien en la cinta es interpretada por Yalitza Aparicio es una mujer de origen mixteca, que llegó a la Ciudad de México en 1962. Poco tiempo después, la mujer encontró trabajo en el número 21 de la calle Tepeji, en la colonia Roma.
Fue entonces que Libo se encontró con un Alfonso Cuarón de nueve meses de nacido para cuidar de él gran parte de su vida y con quien está en deuda según el cineasta, de acuerdo con El País. “Es parte de mi familia, uno de los seres que más he querido. Me formó y le tengo mucha deuda”, indicó el cineasta en una entrevista.
Por mucho tiempo, Cuarón escuchó los relatos que Libo le contaba sobre Tepelmeme Villa de Morelos, Oaxaca lugar donde nació la ahora famosa niñera del cineasta, además, esas pláticas se convirtieron en una parte fundamental del vínculo afectivo que desarrollaron.
“Cuando era pequeño le decíamos mamá. Tanto mi hermano, como yo, como mi sobrino, le decíamos que nos íbamos a casar con ella. Le decía que íbamos a ir a viajar”, aseguró en una entrevista para CNN el pasado mes de octubre.
Cuando cumplió 12 años recibió como regalo de cumpleaños una cámara Pentax y un año después, con dinero que había ahorrado se compró una Minolta Super 8 con la que comenzó a crear sus cortometrajes protagonizados por sus hermanos, su mamá y Libo.
Sin embargo, aunque Roma ha sido la muestra pública más clara del cariño que siente por la mujer que cuidó de él cuando era niño, cabe mencionar que en otras cintas hay pequeños “homenajes” hacia ella.
Estas son las cintas: Sólo con tu pareja (1991), Y tú mamá también (2001) y hasta Los niños del hombre (2006) es donde comenzó a recordar ciertos momentos clave en su vida junto a Libo.
Finalmente, esa serie de recuerdos lo hizo reparar en que no conocía muchos detalles de la vida de su niñera a pesar de haber vivido con ella gran parte de su vida.
“Me enteré que hacía ejercicio con Hortensia y que tenían que apagar la luz y usar una vela porque mi abuela se enojaba si gastaban energía. Me pareció muy sintomático de la actitud de clase media hacia las empleadas domésticas”, contó Cuarón.
Son hechos como estos los que me alimenta la esperanza en la humanidad, y no depender de la existencia de un padre que abandona a sus hijos solo para ver qué sean dignos de él.