Este lunes el monarca de 75 años ha realizado una visita al centro de aviación del ejército, que se encuentra en el sureste de Inglaterra, para ceder oficialmente el cargo de coronel jefe del cuerpo aéreo al príncipe Guillermo. Este ha sido el primer compromiso oficial que padre e hijo han desempeñado juntos desde septiembre de 2022, y aunque ha estado teñido de cierta tristeza para Carlos por renunciar al rango que había ocupado durante 32 años, también ha servido para dejar constancia de que se encuentra muy animado tras retomar su agenda el pasado mes de abril.
Hace unas semanas se rumoreó que el estado de salud del soberano era mucho más grave de lo que se había dado a entender inicialmente después de que le diagnosticaran un cáncer a principios de año. Sin embargo, el palacio de Buckingham desmintió indirectamente esa información anunciando que el rey había recibido el visto bueno de sus médicos para regresar a sus funciones públicas.
El tipo exacto de cáncer que padece no se ha revelado todavía, pero durante su última aparición ha desvelado uno de los efectos secundarios del tratamiento al que se está sometiendo. Durante la visita, Carlos tuvo la oportunidad de charlar con un veterinario llamado Aaron Mapplebeck, quien le explicó que había perdido su sentido del gusto mientras recibía quimioterapia para luchar contra el cáncer testicular. Fue en ese momento cuando el monarca realizó una rara confidencia al asegurarle que a él le había ocurrido lo mismo, aunque parece que no se explayó más con su respuesta.
Perdio el gusto hace muchos años cuando dejo a la Princesa Diana por la viejita Camila Parker, gustos de zopilote los del Rey Carlos III