A lo largo de la carrera de Bruce Willis se han dicho muchas cosas y existen miles de anécdotas de las producciones en las que trabajó el actor, sin embargo, una de las más estrafalarias es de cuando hizo perder a Disney varios millones de dólares tras la cancelación de una película.
En la década de 1990, Willis ya era reconocido en Hollywood por su trabajo en Duro de Matar (Die Hard), filme que le valió el reconocimiento a nivel mundial, además de que se embolsó 15 millones de dólares por su actuación. Tras este éxito, decenas de producciones querían al astro en sus películas, así fue como Disney se acercó con Bruce.
Le propusieron protagonizar el filme Broadway Brawler, el cual estaba bajo la dirección de Lee Grant, una actriz que ganó un Oscar en 1975 por su trabajo en Shampoo. Luego de conversar con el histrión, lo convencieron de que él era el indicado para el papel y hasta el mismo Willis lo llegó a pensar, hasta que el rodaje avanzó.
Al parecer, la preproducción y tres semanas de rodaje hicieron que Willis se percatara de que la película no sería como se la habían comentado y su instinto le dijo que lo mejor sería obligar a que la producción cambiara de rumbo. Tras hablar con los ejecutivos, Bruce consiguió su cometido y despidieron a gran parte del equipo de Broadway Brawler, incluyendo a Lee Grant, para poner a alguien más en el puesto de director. Sin embargo, el resultado no mejoró y optaron por cancelar el filme.
El acuerdo de 3 películas
Pero esta decisión llevó a que los inversores perdieran su dinero, incluso Walt Disney tenía un déficit de 17 millones de dólares, por lo que no estaban nada contentos los ejecutivos y propusieron una serie de opciones para recuperar su inversión. Al parecer la que más les agradaba era la de demandar a Bruce Willis, aunque optaron por otros términos, que el actor participara en tres películas de la compañía del ratón, bajo la condición de que cobraría un salario menor al habitual.
Bajo este escenario, Willis aceptó hacer uno de los filmes más taquilleros de la década de 1990: Armageddon (1998), película que tendría un costo de producción de 140 millones de dólares y que logró recaudar en taquilla más de 553 millones de dólares, mientras que el actor sólo cobró un salario de 3 millones de dólares.
A pesar de que ya había pagado su deuda, el actor es un hombre de palabra y respetó el acuerdo, así fue como terminó protagonizando Sexto sentido (1999), proyecto que costó tan sólo 40 millones de dólares y que llegó a obtener más de 672 millones de dólares en taquilla, aunque para este momento Bruce Willis se pudo embolsar 100 millones de dólares por su trabajo.
La última película del trato con Disney fue Mi encuentro conmigo (2000), la cual no tuvo la misma suerte que las dos anteriores, porque su costo fue de 65 millones de dólares, mientras que lo obtenido en taquilla fue de tan sólo 110 millones de dólares, aunque en esta ocasión Willis sólo se embolsó 20 millones de dólares.
