La cantante Britney Spears ha anunciado orgullosa en sus redes sociales que su reconciliación con su madre Lynne es una realidad. Esta semana, la progenitora de la artista voló a Los Ángeles para materializar el esperado encuentro y sellar una paz que, según fuentes de su entorno, venía fraguándose desde hacía semanas con el intercambio frecuente de mensajes de texto.
La intérprete ha celebrado con entusiasmo el feliz desenlace, poniendo de manifiesto que no le guarda rencor a Lynne a pesar de haberle dirigido graves acusaciones en el último año y medio. «Mi dulce mamá se presentó en mi puerta ayer después de 3 años sin vernos… Ha pasado tanto tiempo… Con la familia siempre hay cosas que arreglar… Pero el tiempo cura todas las heridas», ha escrito en su cuenta de Instagram.
Hasta hace poco, Britney reprochaba a su madre su actitud supuestamente pasiva e incluso complaciente ante el calvario que había sufrido la artista durante sus 13 años de tutela judicial, que la privó de toda autonomía financiera y personal. Asimismo, la princesa del pop fue obligada a ingresar varias veces en un centro psiquiátrico, decisiones de las que asegura que no siempre se vieron respaldadas con un criterio médico apropiado.
Ese resentimiento parece haber quedado definitivamente atrás, después de que madre e hija hayan charlado largo y tendido sobre el pasado. «Después de haber podido expresar todo lo que tenía aquí guardado desde hacía demasiado tiempo, me siento bendecida de que por fin hayamos podido resolver las cosas. ¡Te quiero mucho! Me siento bendecida por haber podido tomar un café juntas después de 14 años. ¡Vámonos ahora de compras!», ha añadido en su sorprendente publicación.
El mensaje que ha compartido ahora la estrella difiere notablemente del que dirigió a Lynne el pasado octubre, cuando ésta le suplicó que dejara de ignorar sus llamadas y la perdonara por todo el sufrimiento causado. «¡Siento mucho tu dolor! ¡Lo siento desde hace años! Te quiero y te echo de menos. Britney, en el fondo lo sabes perfectamente», le imploraba. En ese momento, Britney no pudo contener su furia y zanjó rápidamente la conversación: «¡¡Mamá, quédate con tus disculpas y que te den!! Y para los pu* doctores que me jodi** la mente… ¡Rezo para que acabéis en el infierno!», le espetaba.