Britney Spears de 43 años, fue liberada de su tutela -establecida en 2008 por Jamie, de 71 años, para controlar sus asuntos financieros, profesionales, personales y médicos- en 2021, pero en los años siguientes entró en batalla con su padre por su supuesta «mala conducta financiera» durante ese tiempo.
Ambos llegaron a un acuerdo en 2024, pero los términos del mismo permanecieron fuera del dominio público hasta el viernes 21 de febrero, cuando la revista PEOPLE consultó los documentos.
El medio informó que la intérprete de ‘…Baby One More Time’ aceptó «pagar las facturas legales pendientes de Jamie por un total de 2.12 millones de dólares», de los cuales 500.000 pararon en el bufete Saul Ewing y los 1.62 millones restantes en Willkie Farr and Gallagher.
Se dice que Britney sólo tenía 60 días para pagar la totalidad o, de lo contrario, habría «acumulado más gastos de tribunal y abogado», incluso después de que se hubiera producido la sentencia inicial.
Tanto la cantante de ‘Lucky’ como su padre y todas las demás partes implicadas «acordaron que los pagos resolvían todas las disputas en relación con los procedimientos de tutela» y el acuerdo establece que «ninguna de las partes admite ningún hecho, reclamación, responsabilidad o delito».
Según una fuente: «Fue un gran resultado para Britney porque también evitó la posibilidad de tener que testificar alguna vez ante un tribunal, algo que ella no quería hacer. Evitó un circo mediático».
Mathew Rosengart, que fue el abogado de Britney durante el caso, no respondió a la petición de comentarios del medio, pero Alex M. Weingarten, representante de su padre, afirmó que el ex propietario de un gimnasio se sentía feliz con el resultado.
Dijo: «Jamie está encantado de que el caso se haya resuelto. Siempre ha querido lo mejor para Britney, a la que quiere mucho. El trabajo de Jamie como curador ha sido finalmente reivindicado y el mundo sabe lo duro que trabajó para protegerla».