Cientos de miles de brasileños disfrutaron este martes del último día oficial del Carnaval, con comparsas multitudinarias en las grandes ciudades del país, algunas de las cuales tuvieron que finalizar antes de lo previsto por las altas temperaturas.
Por las calles de Río de Janeiro, San Pablo, Belo Horizonte, Salvador, Recife y hasta Brasilia volvieron a mezclarse la explosión de colores de los disfraces con el rugir de las baterías de música desde primera hora.
En Río, meca de la fiesta mayor brasileña, a las 07:00 hora local (10:00 GMT) empezó la concentración para el gigantesco ‘bloco’ (comparsa callejera) de Ludmilla, una de las cantantes de moda del actual panorama musical brasileño.
Hasta 600.000 personas se esperaban para el recital de la también compositora carioca.
Ludmilla enciende Río
“Es la hora de ponerse a bailar aquí en Río de Janeiro”, exclamó la ganadora de un Latin Grammy en 2022 en la categoría de álbum de samba/pagode por su trabajo ‘Numanice #2′.
Sin embargo, tuvo que dar por terminada su presentación antes de lo programado por el intenso calor, que provocó que al menos una treintena de ‘foliões’, como en Brasil se denominan a los fiesteros que disfrutan del carnaval callejero, tuvieran que recibir atención sanitaria.
Ludmilla, cointérprete del éxito internacional ‘No_se_ve.mp3′ junto con la argentina Emilia Mernes, argumentó que su prioridad era la “integridad” de sus fanáticos y recomendó a la próxima comparsa salir más tarde para evitar el sofocón de las horas centrales del día.
Este martes hubo temperaturas máximas próximas a los 40 °C en la capital flumine
Camiones cisterna con agua para combatir el calor
En San Pablo, la ciudad más poblada del país y convertida en un importante polo carnavalesco en los últimos años, intentaron combatir las altas temperaturas rociando agua entre la multitud desde camiones cisternas colocados por la Alcaldía.
“Las temperaturas no dan tregua y son bastante elevadas en todas las regiones de Brasil”, advirtió el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) en sus redes sociales.
Alrededor de medio centenar de comparsas salieron este martes por las calles de la capital paulista.
Cornucópia Desvairada celebró la diversidad cultural con un repertorio en el que combinó géneros como forró, maracatu, samba y axé. En el centro desfiló Pagu, una batería formada únicamente por mujeres. Unas 130 se encargaron de tocar los clásicos de la música brasileña para delirio del público.
En Brasilia, donde se encuentran todos los órganos de poder, también hubo tiempo para que Calango Careta pusiera a bailar a la capital brasileña en un ambiente familiar, en medio de la preocupación por el brote de dengue.
El Distrito Federal, en situación de “emergencia por salud pública”, tiene una incidencia de la enfermedad de 2.286,2 casos probables por cada 100.000 habitantes, y ha montado un hospital de campaña para aliviar la presión en la red hospitalaria.
Río de Janeiro también está en “estado de emergencia” ante el avance de las infecciones por el virus que transmite el mosquito Aedes aegypti.
Según el Ministerio de Salud, en todo Brasil ya son más de medio millón de casos probables y 75 muertes confirmadas en lo que va de año, lo que ha obligado al Gobierno a abrir un centro de operaciones de emergencias para coordinar las acciones contra el dengue con los gobernadores y los alcaldes.
Sin embargo, aunque el Carnaval terminó oficialmente este martes en Brasil, muchos están dispuestos a extenderlo por lo menos hasta el domingo.
Este miércoles de ceniza también será un día importante, pues los organizadores del Carnaval de Río elegirán a la escuela de samba campeona entre la docena que desfiló las últimas dos noches en el sambódromo, que este año cumple 40 años.
Y, de hecho, hay comparsas previstas para los dos próximos fines de semana de febrero en las principales ciudades del país y alguna incluso para los primeros días de marzo, en lo que en Brasil se conoce como poscarnaval y que reúne a las miles de personas que se resisten a bajar el telón del Carnaval de 2024.