Una esponja amarilla que vive en el fondo del océano. Su hogar es una piña y su mejor amigo una estrella de mar. La idea parece inverosímil, pero al animador Stephen Hillenburg le pareció que podía ser interesante.
Luego de algunos años trabajando el proyecto, el biólogo, que falleció en noviembre de 2018, lo presentó a Nickelodeon y de ahí nacería la caricatura: Bob Esponja.
Desde el primer episodio quedó clara la estrecha relación del protagonista con las cangreburguers. «Help wanted» (se busca ayuda) fue el capítulo con el que debutó hace veinte años. Este episodio fue transmitido en Estados Unidos después de la entrega de los Kid’s Choice Awards el 1 de mayo de 1999. Dos meses después, en julio, la serie se comenzó a transmitir periódicamente por Nickelodeon en Estados Unidos.
«Hoy es el gran día, Gary», son las primeras palabras que la esponja amarilla dice a su mascota -un cangrejo con aspiraciones de gato-. Bob se prepara para pedir trabajo en nada menos que El crustáceo cascarudo, famoso por preparar las cangreburguers, pero su inseguridad lo hacen quererse dar por vencido.
Cuando Patricio lo anima a intentarlo decide entrar al restaurante y es ahí cuando demuestra que nació para manejar la espátula. Así arrancó la serie que ya suma 12 temporadas al aire y cuyo éxito no se debe sólo al protagonista sino a los otros seres que habitan Fondo de Bikini: Calamardo, don Cangrejo, Arenita y Patricio, entre otros.
De ella han surgido tres cintas: «Bob Esponja: la película», «Un héroe fuera del agua» y «Una esponja maravillosa». La primera lanzada en 2004, la segunda en 2015 y la tercera que podría ver la luz en 2020. Además, ha competido en los Premios Emmy, Satellite y Kids choice awards, entre otros, ganando este último en diferentes años como caricatura favorita.
En la pantalla grande, Bob Esponja ha estado acompañado de los actores Antonio Banderas -quien encarnó a un pirata malvado- y David Hasselhoff -como un salvavidas-.
Cabe destacar que el primer Bob, la imagen del cuadrado amarillo que usa pantaloncillos y tiene grandes ojos, está muy alejada de como Hillenburg lo había ideado en su primer boceto. The intetidal zone era el nombre del cómic que escribió a finales de los años ochenta cuando trabajaba en el Instituto Océanico. Ahí se podía ver a una esponja marina, redonda y con hoyuelos, que usaba lentes. Éste sería el preámbulo para la caricatura que ahora todos conocemos.
