La cantante ha dicho no en solo unos días a Isabel II y a actuar en los Grammy por excesivas limitaciones. Ahora lanza un nuevo disco en el que reivindica el empoderamiento femenino
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En los últimos tiempos Ariana Grande ha mostrado un nueva faceta que la aleja de la angelical niña de Nickelodeon que la alzó a la fama. Ante los ojos de la audiencia, la joven, de 25 años, con una voz comparable a la de Mariah Carey y Whitney Houston, se volvía mujer y reivindicaba su derecho a mostrarse como tal. Pero el mayor cambio no lo ha traído su edad ni su éxito musical, sino la cadena de tragedias personales que ha sufrido en poco tiempo.
Después de pasar por un atentado terrorista, un compromiso fallido y la muerte por sobredosis accidental de un ser querido, Grande tenía todo el derecho —como relata en uno de sus últimos sencillos, 7 Rings— de convertirse en una “perra triste”, pero en su lugar se convirtió “en una salvaje”. Una que ha decido tomar el control de su música, su imagen y sus relaciones.
Una mujer que rechazó el título de Dama del Imperio Británico, otorgado por la reina Isabel II, porque no le parecía correcto que fuese galardonada cuando las heridas de ese atentado aún estaban frescas y una cantante que dijo que no a los premios Grammy porque pretendían controlar los detalles de su actuación. Algo que ya no está dispuesta de aceptar.
La determinación la lleva en la sangre. Tal como contó a la revista Billboard el pasado diciembre, siempre supo que su destino era la música. “Cuando tenía seis años decidí que esto era lo que iba a hacer toda mi vida. Punto. Sabía que iba a ser así, no había ni un ápice de duda en mi mente”, aseguró.
El éxito lo encontró en 2009, cuando fue seleccionada para formar parte del programa infantil Victorius y luego en 2013, cuando dio su salto a la música con su primer disco, YoursTruly. Su carrera empezaba a crecer y poco a poco se posicionaba como un referentes del pop femenino. Pero toda su vida se vino abajo en mayo de 2017 cuando un hombre se inmoló en Mánchester justo al terminar un concierto.
El atentado terminó con 22 muertos —entre ellos varios niños— y centenares de heridos. Un evento que a día de hoy la intérprete no puede superar.
Después de la tragedia, la música se volvió su terapia. Cargada de ansiedad y sentimientos encontrados, la cantante buscaba con su disco Sweetener irradiar positivismo sin ocultar el dolor que la influenciaba. En la revista TheFader describió al álbum como su corazón “en carne viva con un buen ritmo detrás”.
De hecho, una de las canciones, Getwellsoon (Recupérate/me recuperaré pronto), está inspirada en lo ocurrido en Mánchester y en las secuelas que le dejaron. Un tema que dice tanto con lo que canta como con el silencio de 40 segundos al final, que lleva a que la canción dure 5:22 minutos, una referencia a la fecha del atentado (22 de mayo).
El disco fue un éxito rotundo de ventas, rompió varios récords de streaming —la mejor primera semana de una artista femenina en Spotify— y fue elegido como el mejor de 2018 por la revista Billboard. Pero cuando Grande se encontraba en plena promoción del mismo la tragedia volvió a tocar a su puerta. Su exnovio, Mac Miller, con quien acababa de cortar tras dos años juntos, moría de una sobredosis accidental a los 26.
“Estoy tan enfadada, tan triste, no sé qué hacer”, escribió la cantante en su cuenta de Instagram poco después. “Siento mucho no haberlo podido arreglar o quitarte el dolor que tenías. De verdad quise hacerlo. Tenías el alma más dulce y buena, con demonios que no merecías”, añadió. Poco después, su compromiso con el comediante de SaturdayNight Live Pete Davidson también se esfumaba y nuevamente la cantante sentía la necesidad de desahogar todo lo que tenía dentro.
Fue así como surgió ThankYou, Next, el nuevo disco de Grande lanzado este viernes, el segundo en seis meses. Un proyecto escrito en una semana y grabado en dos. Según sus propias palabras en Billboard fue el resultado de “mucha energía femenina, champán, música, risa y llanto”. Un álbum que tiene poco de romanticismo y mucho de empoderamiento femenino, que rompe todas las expectativas y que resume su nueva filosofía de vida: autocontrol. “No quiero que la gente me diga qué hacer.
No quiero conformarme con la agenda de la mayoría de las estrellas pop. Quiero manejarme en mis propios términos a partir de ahora”, dijo a la misma publicación. “Si quiero irme de gira promocionando dos discos al mismo tiempo, lo voy a hacer. Si quiero lanzar un tercer disco cuando esté de gira, también lo voy a hacer. (…) Quiero ser capaz de hacer lo que me salga de forma natural, lo que sea auténtico y honesto. Es la única forma de la que he podido sobrevivir”.
Las expectativas por el nuevo álbum han sido inauditas. Al estruendoso éxito del single, que lleva el mismo nombre del disco, le siguieron otros tres: Imagine, Break up withyourgirlfriend, I’mbored y 7 Rings, este último un himno a la amistad femenina que lleva dos semanas en el 1 de la lista Hot 100 de Billboard, mientras ThankYou, Next se mantiene en el top 10.
Pero su popularidad no solo se traduce en sus éxitos musicales, sino también en su alcance global. En los últimos tiempos, cualquier comentario o acción de la cantautora es analizado al detalle y potencial de convertirse noticia en tiempo récord.
A ella no le importa. A diferencia de otras artistas que prefieren alejarse de la jungla que son las redes sociales y mantener un perfil bajo para evitar posicionarse sobre distintos temas —especialmente los políticos—, Grande reivindica el no quedarse callada. Lo hizo durante los disturbios racistas en Charlottesville y tras el tiroteo en Parkland (Florida).
Incluso ha llegado a hablar abiertamente sobre la reforma de armas, contra Donald Trump y en apoyo al movimiento Black LivesMatter. Todo con el fin de causar un impacto en la sociedad. “No todos van a estar de acuerdo conmigo, pero eso no quiere decir que vaya a quedarme con la boca cerrada y a limitarme a cantar mis canciones.
También soy un ser humano que se preocupa por otros seres humanos y quiero utilizar mi posición privilegiada para educar a la gente”, le explicó a la revista Elle en julio de 2018.
Grande ha admitido que en su vida personal no tiene “ni idea” de lo que está haciendo, pero queda claro que esa incertidumbre la compensa con una carrera musical que está muy lejos de bajar la velocidad.
Tras el lanzamiento del disco, la cantante iniciará una gira por Estados Unidos, Canadá y Europa —no pasará por España— y será una de las principales estrellas del festival de música Coachella. “Supongo que no hay mucho a lo que le tengo miedo ahora”, le dice a Billboard. “Cuando la vida te da tanta mierda, tus prioridades cambian. Ya no me importa nada. Solo quiero ser feliz, estar sana y hacer música”.