Forma parte del “club maldito de los 27”: artistas que murieron a esa edad. Como Jimi Hendrix, como Jim Morrison, Kurt Cobain y Janis Joplin -entre tantos otros-, Amy Winehouse integra la triste lista. El 23 de julio de 2011 fue encontrada sin vida en su departamento de Londres. Y a siete años de aquel trágico día, el mito se agiganta.
Un mes antes, el 18 de junio de 2011, Amy se había presentado en Belgrado, Serbia. Algunos medios de ese país indicaban que había sido abucheada. Es que a aquel concierto no sólo llegó tarde, sino que se tambaleaba. «Estaba muy afectada con síntomas de haber ingerido alcohol», publicó por entonces el diario español20 minutos.
Así fue su último concierto en Belgrado, al que asistieron unos 20.000 seguidores que había pagado alrededor de 50 euros por la entrada.
“Titubeaba. Quería superar su adicción, dio todo ese día a pesar de sentirse mal», la defendieron algunos fans luego de que aquel video se viralizara.
¿Cómo fueron los últimos días de Amy desde su último show? Su madre, Janis, la visitó el día anterior a su muerte. «Parecía ida, perdida. Podía dormir horas y horas y siempre parecía que acababa de despertarse. Nos bebimos un té, vimos fotos de familia», contó la mujer en pleno duelo. «Cuando me fui, me abrazó y me dijo: ‘Mamá, te quiero».
Aquel fatídico 23 de julio, la policía británica encontró el cuerpo de Winehouse en la casa de la cantante. Fue declarada muerta inmediatamente. Su guardaespaldas había subido a verla la noche del 22, pero aseguró que «nada aparentaba anormal». Horas después, volvió a echar un vistazo en la habitación y fue entonces cuando descubrió que la cantante no se movía.
Su amigo Kristian Marr contó luego que la noche del 22 ella le había enviado un extraño SMS: «Estaré aquí para siempre. ¿Y tú?». Una suerte de despedida.
Las primeras pruebas toxicológicas que se realizaron al cadáver indicaron que había 4,16 gramos de alcohol por litro de sangre.
El 23 de agosto, la familia publicó un breve comunicado sobre los resultados de las pruebas de toxicología: “No había drogas ilegales”, se lee en el informe.
Finalmente, el 25 de octubre de 2011 se hizo público el resultado de la autopsia. La forense Suzanne Greenway aseguró que “la muerte repentina fue la consecuencia no intencionada” de la gran ingesta de alcohol. En su departamento había botellas de vodka.
La diva de los 14 tatuajes hoy vive en las fotos de Blake Wood, fotógrafo de 32 años a quien la editorial Taschen contrató para publicar un libro de imágenes inéditas.
«Quería mostrar que no todo fue malo en aquellos años, que estuvieron llenos de momentos buenos y divertidos. Y quería exhibirla de alguna forma que nadie había visto antes, su belleza natural. Ella no sabía lo hermosa que era. Intenté decírselo, pero no era muy buena aceptando piropos”, confió el fotógrafo, que vivió un tiempo con ella, aunque niega que haya existido una relación.
«No tenía interés en hacerle fotos durante sus crisis de salud o consumiendo drogas. Ésa, para mí, no representaba su esencia», explica Blake.
Recuerdo que una vez, de noche, le quité la bebida para que parase. Le dije: ‘Disfrutemos de la cena’. Se giró, me miró y me soltó: ‘¿Estás intentando vivir para siempre? ‘Tenía ese latiguillo que podía ser muy divertido, pero también muy cortante”.
Cuando Blake se distanció de ella, mantuvieron el contacto porSkype. “Cada llamada la terminábamos con un ‘Te quiero’”. Fue alguien que encarnó el amor en su forma más pura. Ahora quiero que la gente vea a la persona que conocí. Esa luz brillante y adorable”.
Clarín