Steven Tyler, el vocalista líder de Aerosmith, ingresó voluntariamente a un programa de rehabilitación, lo que obligó a la banda de rock a cancelar la primera parte de su próxima residencia en Las Vegas.
Tyler, de 74 años, no ha ocultado su problema de abuso de sustancias a lo largo de su vida.
“Como muchos de ustedes saben, nuestro amado hermano Steven ha trabajado en su sobriedad durante muchos años”, dijo Aerosmith en un mensaje publicado el martes en sus redes sociales. “Tras una cirugía del pie para prepararse para el escenario y la necesidad de controlar el dolor durante el proceso, recientemente recayó y entró voluntariamente en un programa de tratamiento para concentrarse en su salud y recuperación”.
La banda original de Boston canceló sus conciertos de junio y julio en Las Vegas, y el objetivo, indicó, es retomar sus presentaciones en septiembre.
“Estamos devastados por haber causado molestias a tantos de ustedes, especialmente a nuestros fans más leales que a menudo viajan grandes distancias para vivir nuestros espectáculos”, dijo la banda.
Prometió reembolsos por los conciertos cancelados.
Tyler ha hablado en más de una ocasión de su batalla contra las drogas. Comenzó a experimentar con ellas a mediados de los años sesenta, consumiendo marihuana cuando era adolescente, según reveló en una entrevista para la edición estadounidense de GQ en 2019. “Lo que sucede con las drogas es que funcionan al principio, pero no al final. No te llevan nada más que a la cárcel, la locura o la muerte”. Con el paso de los años, sus problemas de adicción empeoraron, hasta el punto de llegar consumir “heroína, cocaína, Valium y cualquier cosa con la que alguien se acercara”, tal y como reconoció en 1988 en la revista People.
“Los primeros años de la década de 1980 fueron terribles y las drogas nos derribaron. Yo fui el primero en recibir tratamiento”, desvelaba en una entrevista para la cabecera Haute Living en 2019, donde contó que ingresó por primera vez en un centro de desintoxicación en 1988, impulsado por sus compañeros de la banda, quienes le insistieron en que debía buscar ayuda para tratar su adicción. “Hubo un momento en el 88 en el que la gerencia y la banda me intervinieron. Pensaron: ‘Haz que el cantante principal esté sobrio y todos nuestros problemas terminarán’. Así que me mantuve sobrio y me costó muchos años superar la ira de que me enviaran a rehabilitación mientras ellos se iban de vacaciones”, recordó. “Pero hoy les doy las gracias por mi sobriedad”.
La estrella de rock —padre de la actriz Liv Tyler— reconoció en el citado medio que mientras las drogas le daban “crudeza” a sus actuaciones, la adicción inhibía su “grandeza”. “Toda la magia que creías que había cuando estabas drogado desaparece cuando estás sobrio”, dijo, celebrando que, por aquel entonces, llevaba nueve años alejado de las drogas, tras una grave recaída en 2009 que le llevó a su segundo ingreso en rehabilitación. “Las medias tintas no sirven de nada, y ojo con las medias verdades porque con las drogas y el alcohol es probable que te equivoques. Ya no se trata de mí. Se trata de trasladar el mensaje de que la gente puede morir si no entiende esto. Lo que me hace un alcohólico no es cuánto bebí o con qué frecuencia lo hice. Es lo que me sucede y en quién me convierto cuando lo hago, y no me gusta ese tipo”.