El fanatismo puede presentarse de muchas formas y una de las más comunes es en la religión que a lo largo de los años ha causado infinitas controversias por sus ataques a la cultura de cualquier tipo, estilo y origen. Básicamente cualquier cosa puede ser llamada satánica, pues es fácil crearse conexiones inexistentes para promover una opinión poco informada que ya se tiene y no se quiere cambiar. Varias cosas han sido criticadas desde esta postura, como los animes, los videojuegos y, ahora, las películas de Marvel. Doctor Strange en el Multiverso de la Locura, por ejemplo, tiene todos los elementos perfectos para estar en la mira.
Existen demasiados prejuicios sobre el tema y es muy fácil nombrar como satánico aquellas cosas que son distintas o que no se comprenden, pero que al ser masivas y muy populares se perciben como un riesgo para la sociedad. Cuando la fiebre del anime llegó a Latinoamérica no pasó mucho tiempo para que el público y hasta las escuelas se unieran para afirmar que exponían a las infancias a temas perversos y diabólicos. Harry Potter pasó por algo similar. Al parecer los padres se extrañaban de que sus hijos dedicaran horas a la lectura en lo que, según ellos, no podía ser más que un embrujo. La quema de libros y los ataques directos a las adaptaciones no se hicieron esperar y para algunos la “tradición” sigue viva.
La popularidad de Marvel y su UCM sólo hace que sea más fácil convertirlos en nuevos blancos. Para algunos, la parte malvada tiene todo que ver con la inclusión y los temas de apertura religiosa por lo que despreciar títulos como Eternals o Ms. Marvel se vuelven la norma. Sin embargo, hay algunos héroes que en ese sentido se podría decir son más vulnerables, no porque en verdad los afecte sino porque el ataque es constante. Doctor Strange es el ejemplo perfecto de este problema, pues en sus historias se habla de hechicería, alteraciones de la realidad y monstruos interdimensionales o creados por magia negra, y aunque también se habla de meditación y la conexión cósmica entre el cuerpo y el alma, es más fácil enfocarse en los aspectos que se quieren criticar.
Doctor Strange: Hechicero Supremo ya pasó por eso. Cuando la película se estrenó en 2016 muchos consideraron que debía prohibirse porque enseñaba prácticas de hechicería que podían incitar a las infancias y nuevas generaciones atraídas por el concepto del héroe. El asunto no pasó a mayores, pero dejo libre el camino para criticar cualquier cosa que tuviera al personaje de protagonista. Avengers: Infinity War y Avengers: Endgame , donde Doctor Strange es bastante importante, no tuvieron ese mismo impacto de quejas (el público se molestó por otras cosas), pero era claro que la secuela pasaría por lo mismo.
Doctor Strange en el Multiverso de la Locura era una de las cintas más esperadas entre los fanáticos de Marvel. Además de estar ansiosos por ver más del personaje, la película se promocionó como la primera historia de horror de la marca y con Sam Raimi como director se generó una emoción muy particular. Raimi es, después de todo, uno de los nombres más importantes en el género de horror y sabe muy bien lo que espera ese tipo de público. De hecho, él ya ha sido tachado de satánico por su trabajo en El Despertar del Diablo y Arrástrame al Infierno , así que la mezcla quedó muy bien para los fanáticos religiosos.
Doctor Strange seguirá siendo uno de los héroes más criticados en ese sentido, pero es interesante ver la ignorancia hasta de la historia misma del personaje, pues estas críticas no se dieron cuando se estrenó el episodio de What If…? enfocado en él y donde hace uso de magia negra en un intento por salvar a Christine, una decisión que le cuesta su cuerpo y parte de su cordura.