La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, responsabilizó directamente a Estados Unidos y al presidente Donald Trump por la derrota electoral sufrida en su país, asegurando que existió una “descarada injerencia extranjera” que vulneró la voluntad popular.
Castro afirmó que no puede ignorarse que en diferentes partes del país hubo amenazas de maras y pandillas contra votantes del partido Libre, situaciones que deben ser investigadas por la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas.
Reconoció que el trabajo de ambas instituciones fue sensato pero firme, contribuyendo a mantener la paz y el orden en un momento de alta tensión política y social.
Según la mandataria, las advertencias de Trump impidieron el libre ejercicio del sufragio y limitaron que el pueblo expresara su voluntad sin presiones.
También condenó lo que describió como un complot relacionado con 26 audios sobre un supuesto fraude en el sistema de transmisión de resultados, que, según ella, terminó arrebatando el triunfo a quien debía continuar desmontando “las injusticias de la clase dominante y la narcodictadura”.






