Los operadores de la red de electricidad de Texas informaron el viernes que el sistema volvió a operar con normalidad y que el estado de emergencia fue suspendido debido al mejoramiento del clima, aunque los cortes del servicio continúan. Muchos de los millones de texanos que se quedaron sin electricidad durante días, desde que una tormenta invernal abrumara la red de energía, la han recuperado. No obstante, la crisis dista de haber terminado en partes del sur del estado, donde porcentajes significativos de la población aún carece de agua potable.
Casi 185.000 viviendas y negocios todavía estaban a oscuras el viernes por la mañana según la página web poweroutage.us, comparado con unos 3 millones dos días atrás. Las autoridades advirtieron que aún podría haber apagones selectivos limitados.
Más de 335.000 personas entre los estados de Virginia a Luisiana no tenían electricidad y 71.000 en Oregon padecían una semana de apagón luego de una enorme tormenta de hielo y nieve.
El hielo y la nieve se desplazaron hacia los Apalaches, el norte de Maryland y el sur de Pensilvania y el noreste. Al menos 57 personas murieron como consecuencia de las heladas y las fallas de los sistemas. Entre ellas se cuenta una niña de 17 años que cayó a un lago helado en Oklahoma el jueves, según la patrulla de caminos de ese estado.
Mucha gente pereció cuando intentaba mantener el calor. En Abilene, en el oeste de Texas, seis personas murieron, entre ellas un hombre de 60 años que murió de frío en su cama. En la zona de Houston una familia murió en su auto asfixiada por el monóxido de carbono.
Las empresas de electricidad desde Minnesota hasta Texas utilizaron apagones escalonados para aliviar la presión sobre sus redes, pero los apagones que aún persistían en Texas se debían al mal tiempo, según el organismo que maneja la red en el estado, ERCOT.
El jefe interino de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés), Bob Fenton, dijo que sus equipos se encontraban en Texas para distribuir combustibles, agua, mantas y otros artículos de primera necesidad.
El gobernador Greg Abbott advirtió que aún no se ha superado la emergencia, ya que las temperaturas siguen siendo gélidas, una tormenta invernal amenaza el sur del estado y puede haber trastornos en la cadena de suministro de alimentos.
Por si fuera poco, el clima trastornó los sistemas de agua potable. Las autoridades ordenaron a 7 millones de personas —un cuarto de la población del segundo estado más grande— que hiervan el agua corriente antes de beberla en vista de los daños causados a la infraestructura y las cañerías. En Abilene murió un hombre que no pudo recibir tratamiento médico debido a la falta de presión del agua.
El presidente Joe Biden dijo que llamó a Abbott el jueves por la noche ara ofrecerle apoyo adicional del gobierno federal.
El alcalde de Houston, Sylvester Turner, dijo que los habitantes de la cuarta ciudad de Estados Unidos probablemente tendrán que hervir el agua corriente hasta el domingo o lunes.