Un sismo de magnitud 6,8 grados en la escala abierta de Richter sacudió el sur de Cuba, el segundo reportado este domingo, sin que hasta el momento se confirmen heridos, muertos o daños materiales, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El sismo tuvo lugar a 23.5 kilómetros de profundidad, a unos 40 kilómetros de la costa de Bartolomé Masó, en la provincia de Granma y apenas una hora después de un primer temblor, que el USGS estimó en una magnitud de 5,9, a 14.2 kilómetros de profundidad en el océano y a unos 175 kilómetros de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más grande del país.
El periódico estatal Granma afirmó que no se han reportado muertes por ahora, pero que el terremoto se había sentido en toda la isla.
En tanto, el Sistema de Alerta de Tsunamis de Estados Unidos explicó que no se había emitido ninguna alerta de tsunami.
El temblor tiene lugar mientras Cuba aún se recupera del huracán Rafael, que azotó el oeste del país como tormenta de categoría 3, dejando a los residentes sin electricidad durante dos días.
Estos sismos tienen como antecedente el de 5,1 grados registrado el pasado 17 de octubre y que se sintió en Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma (este), sin reportar daños materiales.
Las provincias orientales suman estas sacudidas a los intensos temporales de lluvias recibidos en los últimos días y, en particular Guantánamo, que fue severamente afectada hace tres semanas por el impacto de la tormenta tropical Óscar, con un saldo de ocho fallecidos y considerables daños a viviendas y la agricultura.
Cuba registró en 2023 un total de 7.475 sismos, de los cuales 14 fueron perceptibles, de acuerdo con el resumen anual del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais). Las magnitudes oscilaron de entre menos de 3 hasta 5,9 en la escala de Richter
“Aquí se sintió bien duro”, relató Karen Rodríguez, una peluquera de 28 años residente en Caney de las Mercedes, un pequeño pueblo en Bartolomé Masó, a la agencia AFP. “Había pasado como media hora del primer temblor y estábamos regresando a la casa cuando vino el segundo, que fue todavía mucho más fuerte”, detalló. Según Rodríguez, las viviendas de su comunidad sufrieron graves daños, con varias paredes agrietadas, algunas caídas y, en ciertos casos, techos que colapsaron. Este tipo de daños fueron también reportados en otras localidades de Granma.
El impacto de los movimientos sísmicos en el oriente cubano fue ampliamente perceptible en varias zonas. En Bayamo, capital de Granma y situada a unos 50 kilómetros de Bartolomé Masó, los habitantes también vivieron momentos de angustia. Liván Chávez, un soldador de 24 años, describió cómo “los postes se estaban moviendo, la calle, todo duró unos 20 segundos” en el primer sismo, seguido de una réplica intensa. “La gente sí se asustó, todo el mundo corriendo, saliendo de las casas muy asustados”, añadió Chávez.
En Santiago de Cuba, la segunda ciudad más grande del país y situada a unos 175 kilómetros del epicentro, el sismo se sintió con fuerza. Andrés Pérez, un jubilado de 65 años, compartió que el temblor obligó a la gente a evacuar sus viviendas. “Se sintió muy fuerte realmente, mi esposa es un manojo de nervios”, confesó Pérez.
Otra testigo de los hechos, Dalia Rodríguez, una ama de casa cuya vivienda sufrió grietas en sus paredes, dijo haber sentido un miedo intenso durante el segundo temblor. “Yo estaba acostada, pensaba que me iba a dar una cosa, todo el mundo salió para la calle”, explicó. En el centro de Santiago de Cuba, los residentes de la barriada de Altamira salieron rápidamente de sus hogares en busca de seguridad. “Tenía una palangana en la azotea que se cayó, mi nieto empezó a llorar de miedo”, contó Elsa, de 61 años, quien aseguró haber sentido un nerviosismo extremo tras el temblor.
En la provincia de Granma, se reportaron además algunos derrumbes parciales en estructuras, especialmente en los municipios de Pilón y Niquero. El periodista oficial Eugenio Pérez Almarales informó sobre caídas de escaleras y paredes agrietadas en viviendas de estas localidades. Las comunicaciones se vieron afectadas, según el periodista Cuscó Tarradell, quien indicó en sus redes sociales que “muchos teléfonos móviles y fijos se quedaron sin cobertura de red tras el temblor”.
El temblor llega en un momento delicado para la isla, que recientemente fue azotada por el huracán Rafael, de categoría 3, el cual impactó el oeste del país dejando un apagón generalizado de casi dos días. Cuba ha sido escenario de diversos sismos en el pasado; el 17 de octubre de este año, un sismo de 5,1 grados también sacudió Santiago de Cuba, aunque no causó daños significativos. En enero de 2020, un terremoto de magnitud 7,7 en el mar Caribe se sintió en múltiples provincias cubanas, y generó la evacuación de edificios en La Habana sin causar daños.
En lo que va de año, el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas ha registrado un total de 7.475 sismos en la isla, de los cuales 14 fueron perceptibles, con magnitudes entre -3 y 5,9 en la escala de Richter, según sus datos anuales. La falla geológica de Oriente, una de las zonas de mayor actividad sísmica de la región, es la principal responsable de los movimientos telúricos en la isla. La institución recordó que Cuba se encuentra en una región tectónica activa, que incluye también a República Dominicana y México, y es propensa a estos fenómenos.
El gobernador de Granma manifestó que las autoridades locales esperan un informe más detallado del Cenais para evaluar los efectos exactos del terremoto en su jurisdicción y planear posibles ayudas para los afectados
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