Toronto hizo historia y ganó su primer título. Destronó al campeón de los dos últimos años, Golden State. Tuvieron que superarse hasta límites insospechados para rematar a unos Warriors que, frente a la fatalidad, tiraron de épica y vendieron muy cara su piel. Cayó el campeón (110-114, 4-2 en la serie) en una final llena de partidos apasionantes, con constantes giros argumentales. Solo faltó que a la grave y traumática lesión de Kevin Durant en el quinto partido se añadiera en el sexto la de Klay Thompson, cuando estaba siendo el mejor de su equipo y se llegaba al final del tercer cuarto.
Los Raptors, que jugaron bien al principio (8-17), pasaron por una crisis de juego, pero entonces surgió un secundario, Fred VanVleet, que impulsó de nuevo a su equipo. Sus cinco triples y 22 puntos, unidos a los 26 del camerunés Pascal Siakam y a los 26 también de Kyle Lowry le dieron un triunfo histórico. Histórico también para el baloncesto español porque consiguen el anillo Marc Gasol, Serge Ibaka y el seleccionador nacional, el italiano Sergio Scariolo. Marc, con tres puntos, nueve rebotes y cuatro asistencias. No jugó bien y falló los cinco tiros de campo que lanzó, pero se coronó y logró otro hito histórico junto a Pau ya que es la primera vez que ganan el título de la NBA dos hermanos.
Los Warriors rozaron la proeza. Después de que Klay Thompson tuviera que dejar la cancha a causa de una lesión en la rodilla y tras haber anotado cuatro triples y 30 puntos, mantuvieron en todo momento su competitividad. Los Raptors no consiguieron romper el partido. Los Warriors fueron a remolque pero siempre con opciones para remontar, como habían hecho en los últimos minutos del quinto partido. A falta de 18 segundos, solo perdían por un punto (110-111). El balón era para los Raptors, pero, tras un tiempo muerto, lo perdió Danny Green. Stephen Curry no aprovechó la última ocasión al fallar un triple cuando faltaban cinco segundos. Concluyó con 21 puntos y siete asistencias. Y Kawhi Leonard, que no jugó su mejor partido, remató desde la línea de tiros libres. Aun así, sumó 22 puntos, seis rebotes y tres asistencias y fue designado mejor jugador de la temporada, MVP, como ya era de esperar por el extraordinario nivel que exhibió a lo largo de todos los playoffs.
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Los Warriors, al amparo de su público, redoblaron la apuesta por la épica, pero, diezmados no pudieron obrar lo que hubiera sido un milagro. Stephen Curry, tras la lesión de Klay Thompson, maldecía la mala suerte y resoplaba, sobrecargado de minutos y de responsabilidad. Pero el campeón se mantuvo en sus trece. Quería despedirse con un buen regusto del Oracle Arena de Oakland, ya que la próxima temporada se traslada al nuevo Chase Center de San Francisco. No lo consiguió.
Los Raptors, en definitiva, conquistaron el anillo con su tercer triunfo en la cancha rival. Se trataba de hacer historia y nada menos que ante los Warriors, el súper equipo del último lustro. Se salieron con la suya. Su victoria dota de una nueva dimensión a la NBA. Destronaron a los campeones de los dos últimos años gracias a la eficacia colectiva, con una rotación muy corta, apenas ocho jugadores, la misma que han empleado a lo largo de los 24 partidos de playoff para dar cuenta de Orlando (4-1), Philadelphia (4-3), Milwaukee (4-2) y, por fin, Golden State (4-2). Una trayectoria casi impecable y con momentos memorables como el tiro de Kawhi Leonard que les dio el triunfo sobre la bocina en el séptimo partido ante los Sixers, que se habían adelantado por 1-2 en la serie. La remontada fue todavía mayor en la final de Conferencia ante Milwaukee, que empezó dominando por dos victorias a cero.
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Por primera vez reina en la mejor liga de baloncesto del mundo una escuadra no estadounidense. Canadá, el país en el que James Naismith inventó este deporte en 1891, toma la antorcha. Kawhi Leonard es el nuevo rey. Marc Gasol consigue su primer título a los 34 años y escribe, junto al prólogo y capítulos que legó Pau en 2009 y 2010 con los Lakers, otra página inédita en la NBA, la de los dos primeros hermanos que logran el título en la NBA. Y se corona por fin Kyle Lowry, en su séptima temporada en uno de los equipos que más necesitaban quitarse de encima el estigma de los perdedores. Y se consagra el baloncesto africano, muy representado desde el puesto de máxima responsabilidad deportiva con el nigeriano Masai Ujiri, el arquitecto del éxito, y la presencia de dos jugadores tan relevantes como el camerunés Paskal Siakam y el congoleño nacionalizado español Serge Ibaka. Y los españoles, Marc, Ibaka y el seleccionador Scariolo, ayudante de Nick Nurse en los Raptors. Todos ellos en una franquicia que ya disfrutó de su conexión española cuando coincidieron en su equipo José Manuel Calderón y Jorge Garbajosa entre 2006 y 2008.
Es la culminación de un proyecto iniciado en 1995 cuando la Liga se expandió a Canadá con la entrada de dos equipos, Vancouver, con un proyecto fallido que acabó trasladándose a Memphis en 2001, y Toronto, una franquicia que perseveró pese a lo muchísimo que le costó prosperar. Acumuló 179 derrotas y solo 67 victorias en las tres primeras temporadas, y fue el peor clasificado en 1998. Con Vince Carter y Tracy McGrady llegó por primera vez a los playoffs en 2000 y los disputó durante tres temporadas seguidas. Volvió a ellos en 2007 y 2008 con Chris Bosh, Parker, Bargnani, Calderón y Garbajosa. Ahora corona una etapa de seis temporadas entre los mejores y rompe con la etiqueta que le colgaron y que le valió el apodo de LeBronto porque se había estrellado los tres últimos años contra los Cavaliers: 4-0 en 2018, 4-0 en 2017 y 4-2 en 2016. Estaba escrito: tenía que ganar, precisamente, el año en que LeBron, tras ocho temporadas seguidas en las finales, no pudo clasificar a los Lakers ni siquiera para los playoffs.
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— NBA (@NBA) June 14, 2019