El expresidente peruano Alan García ya tenía un revolver en un bolsillo cuando recibió al fiscal y los policías que iban a detenerlo por un caso de corrupción, momentos antes de suicidarse, según muestran las imágenes grabadas por los oficiales durante el operativo.
El video, que no tiene audio, muestra cómo el ex presidente habla con los agentes y el fiscal desde una escalera de su casa y luego sube rápidamente las gradas hacia su habitación mientras porta un revolver en la mano. En total, pasaron menos de 10 minutos entre la entrada de los agentes y el disparo que acabaría con su vida.
A las 6.24 de la mañana del miércoles 17, una empleada doméstica del líder aprista atendió a la Fiscalía, quien le informa que se trata de una diligencia. A las 6.27, el ex mandatario se asomó por las escaleras. El fiscal y un policía lo animan a bajar al primer piso para notificar los detalles de la resolución judicial. García no parece irritado, pero insiste en saber si se trata de una detención. Las autoridades insistieron en la invitación a que baje para ofrecerle todas las explicaciones.
A las 6.28, García decide subir a su habitación y, en esos escalones, sacó de su bolsillo derecho un arma colt con su nombre grabado, obsequio de la Marina de Guerra del Perú. Empuñando el arma, se encierra en el cuarto.
El comandante policial lo sigue hasta el segundo piso y toca la puerta, pero García argumentó que llamaría a su abogado. Los presentes aseguran que se escuchó una conversación, aunque la llamada que sostuvo García fue con su pareja, Roxanne Cheesman.
«Hay fiscales afuera, ustedes saben cómo es la cosa», le dijo, según reveló Federico Dantón, hijo menor del ex presidente. Todo indica que García ya había decidido previamente quitarse la vida, porque tenía lista una carta de despedida con ese tenor.
A las 6.31, luego de tres minutos de encierro y antes de que los policías fuercen su entrada a la habitación, se escuchó el sonido del disparo que García se apuntó en la sien. Pocas horas después, sería declarado muerto en el hospital Casimiro Ulloa.
Murio con dignidad lo que no tienen los ex- salvadoreños