La aburrida carrera que hoy se vio en el Gran Premio de Bélgica de Fórmula 1, entregó un impacto con el fuerte accidente que protagonizaron el italiano Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo) y el inglés George Russell (Williams). Fue en el inicio de la séptima fecha del año, cuando tras el incidente sus monoplazas quedaron destruidos, pero que no tuvieron consecuencias físicas para los corredores.
Giovinazzi perdió el control de su coche, embistió contra las defensas y quedó cruzado sobre la pista. Aunque partes de su auto quedaron sueltas. Russell logró eludir el auto del italiano, pero no una de las ruedas del Alfa Romeo y también terminó chocando.
Ambos competidores se bajaron por sus propios medios y fueron caminando hacia la parte externa de la pista. También hubo otro elemento del vehículo italiano que impactó sobre el halo de la máquina inglesa. Otra demostración de que esa protección (integrada desde 2018), si bien no es estética, es necesaria.
“Me siento desafortunado y afortunado ahora mismo. Destrozado, ya que estábamos teniendo una gran carrera, pero realmente me alegro de tener el halo en estos autos ahora o podría haber sido mucho peor”, reconoció Russell en su cuenta de Twitter.
La monótona carrera belga donde venció otra vez el inglés Lewis Hamilton (Mercedes), sólido líder del campeonato, tuvo pocas alternativas y una de ellas fue este incidente. Ello obligó a la neutralización de la prueba que duró cuatro vueltas con el ingreso del auto de seguridad. Fue gran un susto y solo hubo que lamentar fierros rotos. Los autos de la Máxima dieron otra muestra de su seguridad. Giovinazzi y Russell pueden dar fe de ello.