Venecia registraba en la noche del martes al miércoles una histórica «acqua alta» (marea alta), con un pico que podría alcanzar o superar los 1,90 m, según el Centro de Mareas de la ciudad italiana.
«Nos enfrentamos a una marea más que excepcional. Todos están movilizados para manejar la emergencia», tuiteó el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro.
El funcionario dijo que solicitaría ayuda al gobierno italiano y que llamaría a un estado de emergencia cuando la ciudad vio subir el agua a una altura de 187 centímetros a las 10:50 p.m. hora local el segundo nivel más alto desde que comenzaron los registros.
“Necesitamos que todos nos ayuden a hacer frente a lo que es claramente el impacto del cambio climático”, añadió el alcalde, al final de la noche, en la famosa plaza de San Marcos.
La peor inundación en los tiempos modernos para Venecia ocurrió en noviembre de 1966, cuando se registró una marea alta de 194 centímetros y las inundaciones también devastaron gran parte de Florencia.
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Brugnaro dijo en un video grabado desde una inundada Plaza San Marcos, que el estado de emergencia sería declarado el miércoles y que todas las escuelas estarían cerradas.
“Estábamos al tanto del fenómeno pero fuimos a tomar algo y cuando salimos, miren…”, declaró una turista francesa, que formaba parte de un grupo sorprendido por la subida excepcional de las aguas.
La inundación también condujo a «la suspensión total de los servicios de navegación», dijo la compañía local de transporte ACTV.
Cada vez más frecuente
En esta ocasión, las aguas han inundado el vestíbulo de la basílica de San Marcos, algo poco frecuente.
El procurador del edificio Pierpaolo Campostrini (autoridad local) había previsto guardias nocturnas para vigilar la subida del nivel de la laguna.
Según Campostrini, en toda la historia de la basílica, construida en el año 828 y reconstruida tras un incendio en 1063, solo se ha inundado el vestíbulo en cinco ocasiones.
Lo más preocupante es que tres de las cinco grandes inundaciones se han producido en los últimos 20 años. La última en 2018.
Este fenómeno de “acqua alta” suele inundar las zonas bajas de la ciudad, en particular la plaza de San Marcos. Puede verse agravado, como ocurrió el martes por la noche, con el siroco, un fuerte viento sahariano.
Para proteger a la ciudad de las mareas, que afectan cada vez más a su patrimonio artístico, en 2003 se empezaron a construir 78 diques flotantes en el marco del proyecto MOSE (acrónimo de Módulo Experimental Electromecánico). Dichos diques cerrarán la laguna en caso de subida de las aguas del Adriático.
Pero los sobrecostos y las deficiencias en la construcción han retrasado su puesta en marcha.
Es preocupante, la madre naturaleza, nos esta mandando una señal