Aunque Barry ha causado daños importantes en varias comunidades, en la ciudad de Nueva Orleans muchos respiran aliviados pues se había pronosticado un panorama peor y las autoridades temían por la resistencia de los diques, que han aguantado. Mientras se va adentrando en Louisiana, Barry continúa debilitándose, pero las inundaciones y marejadas siguen siendo una amenaza.
Por el momento, aunque Barry ha inundado carreteras y barrios, ha arrancado el techo de viviendas y otros daños importantes en varias parroquias como Mandeville, en la orilla norte del Lago Pontchartrain, en la ciudad de Nueva Orleans muchos respiran aliviados pues se había pronosticado un panorama peor y las autoridades temían por la resistencia de los diques, a pesar de que estos fueron reforzados tras la devastación del huracán Katrina en 2005.
El medio de pronósticos AccuWeather estima el daño total y la pérdida económica causada por Barry entre 8,000 y 10,000 millones de dólares, según un análisis de los estrago debido a inundaciones causadas por lluvias muy fuertes en varios estados y marejada ciclónica.
Mientras Barry se va adentrando en Louisiana sus vientos se van debilitando pero sus fuertes lluvias siguen siendo un peligro para zonas del centro y sur del estado. El lento movimiento de esta tormenta garantiza que seguirá cayendo agua durante todo el fin de semana y hasta la semana que viene, por lo que los niveles del río Mississippi pueden seguir aumentando su caudal, que se desplaza hacia el sur.
«Esta tormenta aún tiene un largo camino por recorrer antes de salir de este estado», dijo el sábado por la noche el gobernador de Louisiana, John Bel Edwards. «No bajen la guardia».
A primera hora de la noche del sábado, Nueva Orleans parecía haberse librado ya de los peores efectos de Barry y solo se sentían lluvias ligeras y rachas de vientos moderadas, informó la Associated Press.
Según el jefe del Servicio de Meteorología de Univisión, Albert Martínez, «viento, lluvia y subida del nivel del mar pueden seguir favoreciendo que mucha gente se quede a oscuras, no solo en Louisiana sino también en los estados vecinos». El meteorólogo también señaló que el área de peligro de inundaciones del Mississippi se extiende por todo el estado.
«Va a seguir lloviendo y ese va a ser el problema durante todo el fin de semana», informó Martínez. «Barry se va a seguir degragando y se convertirá en una depresión, pero en la parte derecha de ese sistema la lluvia seguirá siendo el mayor riesgo, con acumulados que pueden rondar entre las 10-15 pulgadas (25-38 centímetros) en el sur de Louisiana, pero entre tres y ocho pulgadas (entre siete y 20 centímetros) en el norte del estado», añadió el meteorológo, pronosticando que seguirán subiendo los niveles del río durante la semana que viene.
Ante tales condiciones meteorológicas, las autoridades locales advierten que Barry aún podría causar peligrosas inundaciones en un gran tramo de la Costa del Golfo, en donde las marejadas y penetraciones del mar siguen siendo otra amenaza. También aclaran que aunque el tiempo ha mejorado significativamente en la ciudad de Nueva Orleans, aún es pronto para asegurar que ha pasado todo el peligro.
En un parte de la madrugada del domingo, el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés), informó que la advertencia por tormenta tropical se mantiene efectiva desde Morgan City hasta Cameron, y una por marejadas ciclónicas continúa vigente desde Intracoastal City hasta la desembocadura del río Atchafalaya.
En una comunicación en Twitter, el NHC reitera que las f uertes lluvias y las inundaciones continúan siendo la principal amenaza este domingo.
Las marejadas ciclónicas con penetraciones costeras también son motivo de preocupación en la costa sur y sureste de Louisiana y se mantienen el domingo, así como las inundaciones, que van aumentando al paso de Barry, desde la parte baja del Valle del Mississippi y se extenderán hasta al menos el lunes.
Los efectos de Barry
La Guardia Costera rescató este sábado a una docena de personas de las áreas inundadas de la Parroquia de Terrebonne, al sur de Nueva Orleans, algunas de ellas subidas en sus tejados, incluido un hombre de 77 años cuya casa estaba cubierta aproximadamente cuatro pies (1,2 metros) por el agua, dijo una portavoz de esa entidad.
Ninguno de los principales diques en el río Mississippi ha fallado o se ha roto, informó el gobernador Edwards, pero uno fue sobrepasado por el agua en la parroquia de Terrebonne durante parte del día, dijeron las autoridades, que ordenaron una nueva evacuación de unas 400 personas en esa área.
Un video mostró que el agua también sobrepasó un segundo dique en la parroquia de Plaquemines, una extensión de tierras bajas que se adentra en el Golfo de México.
Alrededor de las 2:00 pm se emitió una orden de evacuación obligatoria para todas las áreas a lo largo de la carretera 315 y Brady Road, al sur del Canal Falgout, como medida preventiva ante una posible inundación. Para ello se habilitó un albergue en Auditorio Municipal de Houma. Las autoridades pidieron a los evacuados que llevasen alimento, agua, ropa y comida para sus bebéssuficiente para tres días.
Fotos compartidas por las autoridades locales en sus redes sociales muestran inundaciones en comunidades y calles, así como la caída de árboles y postes de electricidad por los fuertes vientos.
El gobernador Edwards también enfatizó que todavía no se descartaba la posibilidad de algunos tornados y alertó que los cortes de energía son y “serán significativos”. Por su parte, funcionarios del aeropuerto de Nueva Orleans informaron el sábado que todos los vuelos habían sido cancelados y se intentarían reanudar las operaciones el domingo.
Una multitud huyó de Nueva Orleans
Miles empacaron y abandonaron sus hogares cuando las aguas empezaron a cubrir zonas bajas como la parroquia Plaquemines, al sur de Nueva Orleans, donde los cierres de carreteras dejaron a algunas comunidades aisladas desde horas tempranas del sábado. Esta municipalidad se ha visto arrasada varias veces en su historia por huracanes e inundaciones.
Docenas se refugiaron en el auditorio Belle Chasse de Plaquemines, mientras que otros se dirigieron tierra adentro para quedarse con amigos o familiares y evitar lo que el NHC llamó «inundaciones que amenazan la vida» en las zonas costeras y fluviales.
Anticipando una catástrofe mayor, los residentes de esta cuidad prácticamente rodeada por agua atiborraron los supermercados comprando la mayor cantidad de agua embotellada y alimentos. Se reportó que llegó tanta gente a estas tiendas que algunos establecimientos se quedaron sin carritos.
En tanto, varios autos fueron estacionados en las partes altas de las calles tratando de protegerlos de las inundaciones. Otros apilaron bolsas de arena alrededor de viviendas, hoteles, tiendas y negocios.
En particular, las autoridades le pidieron a los residentes de la ciudad que voluntariamente se evacuaran a zonas altas o, de residir en estas últimas, se resguardaran en el interior de sus casas a partir de las 8 pm del viernes, aunque esa misma noche los bares del French Quartet todavía estaban bastante concurridos.
«La lluvia no nos va a encerrar», dijo a la agencia Reuters, Brett Tidball, de 33 años, quien se reunió con ocho amigos en un bar de la calle Bourbon para su despedida de soltero.