Un ex senador que trabajaba para el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales fue asesinado por una banda armada en un barrio de la capital de Haití. Él y su sobrino fueron quemados vivos, informaron autoridades el domingo.
El funcionario, Yvon Buissereth, fue hallado muerto con su sobrino, quien no fue identificado, el sábado en la tarde en Laboule un sector de Puerto Príncipe, informó a la AP el domingo el comisionado de gobierno Jacques Lafontant.
Buissereth, director de la Compañía Pública para la Promoción de Viviendas Sociales, iba con su sobrino en un vehículo oficial y fueron hallados al interior del vehículo calcinado, indicó Lafontant.
El fiscal de Puerto Príncipe, Me Jacques Lafontant, acudió a la escena del crimen, donde confirmó que Buissereth fue asesinado y quemado por integrantes de la banda Ti makak.
La zona no está muy lejos de Pelerin, donde fue asesinado el presidente Jovenel Moïse en su residencia en julio del año pasado.
La pandilla Ti Makak (“Pequeños Macacos”) está batallando contra la pandilla Toto por el control de la zona. Las pandillas en Haití se han vuelto más poderosas y han estado librando violentas pugnas por territorio desde el asesinato de Moïse.
Buissereth y su sobrino iban por una calle que muchos haitianos usan para evadir la zona Martissant, que vincula a Puerto Príncipe con el sur de Haití y que es controlado por pandillas que en sus peleas han matado a muchas personas.
El primer ministro Ariel Henry condenó el asesinato de Buissereth como “un acto barbárico” de pandillas en Laboule.
“Sus asesinos, así como todos los demás criminales que siembran el luto en el país serán procesados con todo el peso de la ley y responderán ante la justicia por sus actos nefastos”, escribió Henry en redes sociales el domingo.
También el presidente del Senado, Joseph Lambert, escribió en Twitter: “El senador Yvon Buissereth ha muerto hoy (sábado). El jefe de la banda Ti makak lo mató y lo quemó. Este es un acto repugnante más que sigue haciéndonos llorar (…) esta situación no debe seguir así”.
En enero de 2022, los periodistas John Wesley Amady y Wilguens Louissaint fueron ejecutados por bandas armadas en Laboule 12, mientras realizaban un reportaje en la zona.
Desde el magnicidio del presidente Jovenel Moise, la siempre convulsa situación política y económica de Haití se ha visto aún más golpeada. El vacío de poder ha degenerado en una crisis de seguridad, con asesinatos y secuestros a diario, sobre todo en amplias zonas de la capital.
En las últimas semanas, Puerto Príncipe vive un nuevo estallido de violencia y la organización humanitaria Médicos sin Fronteras alertó que esta ola se está empezando a extender por otras zonas de la ciudad.
Hace apenas dos semanas, Médicos Sin Fronteras alertaba también de que en Brooklyn, una zona aislada del barrio Cité Soleil, miles de personas están atrapadas sin agua potable, alimentos o atención médica, mientras los grupos armados luchaban por el control de la zona.
De hecho, Naciones Unidas informó de que al menos 234 personas habían muerto o resultado heridas en apenas cinco días de violencia entre bandas rivales en el barrio de Cité Soleil, el más pobre de la zona metropolitana de Puerto Príncipe, la capital haitiana.
También agrava la escasez de combustible, ya que el principal depósito de la ciudad está en Cité Soleil, y agrava la subida de los precios del transporte.
Esta problemática iniciada hace meses se suma al estancamiento político que ha provocado protestas en las calles y muchos vecinos se han encerrado y los negocios han echado el cierre por miedo.