Los dos sismos registrados en California la semana pasada dejaron destrozos en el estado y en entidades aledañas. Uno de los más notorios ocurrió en el desierto de Ridgecrest, en donde fue el epicentro del terremoto.
En la zona se abrió una grieta en el suelo que va desde la carretera 178 hasta el centro del terreno deshabitado. En el camino, la fisura tenía un par de pulgadas de ancho, pero mientras se perdía en el desierto, su tamaño aumentaba. Era tan grande que personas metieron el brazo o las piernas dentro de ella.
El viernes por la mañana los vecinos se percataron de la enorme fisura, y acudieron a la zona para tomarse fotos con ella. Viajaron aproximadamente nueve millas para ver por sus propios ojos las consecuencias del terremoto. Testigos registraron que de profundidad tenía aproximadamente un metro.
También se dieron cuenta de que había otras grietas en la autopista, pero menores. Para el viernes 5 de julio ya habían sido reparadas por el gobierno local.
Las personas aprovecharon para tomarse selfies con la fisura, grabar videos y comparar el tamaño que tiene con partes de su cuerpo como las manos.
Fue el 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos, que el terremoto se sintió en el Estado de California. Fue de 6,4 grados en la escala de Richter. Al día siguiente por la mañana ocurrió otro sismo; esta vez con una magnitud de 7,1 grados. Lo percibieron también en Las Vegas y Tijuana, México.
El Servicio Meteorológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés) advirtió que podría haber otro terremoto de magnitud similar en los próximos días, por lo que el gobernador del estado, Gavin Newsom, comenzó con estrategias de prevención y solicitó ayuda a la Oficina de Servicios de Emergencia (OES) para prepararse en caso de que un tercer sismo se hiciera realidad.
También solicitó a los habitantes que se mantengan alerta por las próximas dos semanas en lo que pasa la alerta de temblor.
Desde 1999 no se había registrado un temblor de tal magnitud en la zona. En aquella ocasión, el epicentro fue en la base de marines de Twentynine Palms.
Los sismos no dejaron víctimas humanas, pero sí ocasionó daños al sistema de agua, electricidad, gaseoductos, edificios y viviendas. Además, ha provocado que la población se preocupe por el Big One, mito sobre un terremoto grande y devastador que podría originarse en la falla de San Andrés.
Que noticia mal redactada , USGS no es meteorologico es el servicio geológico , y una grieta de un metro de profundidad no es nada , avisennos cuando pase de 10 metros por favor.