Un volcán entró en erupción este jueves en la península de Reykjanes, una región del sudoeste de Islandia que desde el 18 de diciembre ya ha registrado tres fenómenos de esta naturaleza.
Las imágenes televisivas muestran corrientes rojas de lava y una nube de humo que surgen de una fisura en medio de la noche.
“A las 05:30 de la mañana, un pequeño sismo empezó a intensificarse al noreste de Sýlingarfell. Unos 30 minutos más tarde, una erupción comenzó en la misma zona”, indicó la oficina meteorológica islandesa (IMO).
“Según los primeros informes procedente del vuelo de vigilancia de los guardacostas, la erupción tuvo lugar en la misma zona que la del 18 de diciembre. La fisura mide alrededor de tres kilómetros de largo”, afirmó este servicio.
En su último informe, este instituto pronosticaba una erupción inminente.
Es la sexta erupción volcánica en dos años en este país insular nórdico.
La última ocurrió el 14 de enero cerca de Grindavik, un pequeño municipio de 4.000 habitantes que había sido evacuado en noviembre por precaución.
Los 3.800 residentes de Grindavik ya habían sido evacuados de sus hogares en noviembre tras una serie de terremotos que provocaron grietas y aberturas en la tierra entre la ciudad y Sýlingarfell, una pequeña montaña al norte.
El cercano balneario geotérmico Blue Lagoon, una de las mayores atracciones turísticas de Islandia, también cerró temporalmente.
A los residentes se les permitió regresar a sus hogares el 22 de diciembre. En las semanas transcurridas desde entonces, se habían colocado muros defensivos alrededor del volcán con la esperanza de alejar el magma de la comunidad. Pero las paredes de las barreras construidas al norte de Grindavik se rompieron y la lava se movió hacia la comunidad.
Con 32 sistemas activos, este país de fuego y hielo es la zona más volcánica de Europa.
El país se encuentra sobre la Dorsal Mesoatlántica, una grieta en el lecho marino que separa las placas tectónicas euroasiática y norteamericana.
Hasta marzo de 2021, la península de Reykjanes no había experimentado una erupción en ocho siglos.
Nuevas erupciones se registraron en agosto de 2022, así como en julio y diciembre de 2023, llevando a los vulcanólogos a sugerir que probablemente sea el comienzo de una nueva era de actividad en la región.
Los volcanes son una parte esencial de la identidad y la cultura de Islandia, un país que se formó hace unos 20 millones de años por la acumulación de lava. Los islandeses conviven con el riesgo de las erupciones, que pueden tener efectos devastadores, pero también beneficiosos, como la generación de energía geotérmica o el atractivo turístico.
Las erupciones volcánicas pueden causar daños materiales, pérdidas humanas, contaminación ambiental y alteraciones en el transporte aéreo y marítimo. Por ejemplo, la erupción del volcán Eyjafjallajökull en 2010 provocó el cierre del espacio aéreo europeo durante varios días, afectando a más de 10 millones de pasajeros y generando pérdidas de unos 5.000 millones de dólares para las aerolíneas. Además, la ceniza volcánica puede dañar los cultivos, el ganado y la salud humana, así como reducir la visibilidad y la calidad del aire.
Otro efecto negativo de las erupciones volcánicas es el riesgo de inundaciones, deslizamientos de tierra y avalanchas provocados por el derretimiento de los glaciares que cubren algunos volcanes. Estos fenómenos pueden destruir infraestructuras, viviendas y vías de comunicación, así como poner en peligro la vida de las personas. Por ejemplo, la erupción del volcán Grímsvötn en 2011 causó la mayor inundación glacial registrada en Islandia, que arrasó un puente y cortó la carretera principal que conecta el sur y el este de la isla.