Un acto escandaloso e irreverente sacudió ayer por la mañana la Basílica de San Pedro, en el corazón del Vaticano. Según medios italianos, un joven turista logró burlar las medidas de seguridad y subir hasta el Altar de la Confesión, donde, ante la mirada atónita de cientos de fieles y visitantes, se desabrochó los pantalones y orinó sobre la mesa sagrada.
El hecho ocurrió alrededor de las 9:30 de la mañana del viernes 10 de octubre. De acuerdo con el diario II Tempo, el individuo aprovechó un momento de distracción del personal para saltar las barreras que resguardan el altar, subir los escalones y cometer el acto obsceno. Minutos después, la Gendarmería Vaticana intervino rápidamente, deteniéndolo y retirándolo del templo.
Fuentes cercanas al Vaticano confirmaron que el Papa fue informado del incidente.
No es la primera vez que el Altar de la Confesión es vulnerado. En febrero pasado, otro hombre subió a la misma estructura y derribó varios candelabros.
El nuevo episodio, ocurrido a escasos metros del majestuoso baldaquino de bronce diseñado por Gian Lorenzo Bernini en el siglo XVII, ha sido calificado por los medios italianos como un “gesto de extrema irreverencia” que ha causado indignación entre los fieles y visitantes del lugar.