El presidente de Estados Unidos, Donald Trump ordenó imponer sanciones a Turquía para castigar su ofensiva contra los kurdos en Siria.
a medida se da a solo unos días de que la retirada de las tropas estadounidenses del noreste del país abriera el camino para la invasión turca.
El castigo consiste en Sancionar a tres ministros del Ejecutivo del presidente Recep Tayyip Erdogan, Subir los aranceles contra el acero turco hasta el 50 por ciento. Cerrar las puertas a un posible acuerdo comercial entre ambos países.
Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, informó en un comunicado «Estados Unidos responsabiliza al Gobierno turco por el aumento de la violencia por parte de las fuerzas turcas, poniendo en peligro a civiles inocentes y desestabilizando la región».
También se informó que Trump habló el martes con Erdogan para pedirle que detenga la operación y anunció que enviará a Ankara a su vicepresidente Mike Pence para tratar de negociar un alto el fuego.
Recep Tayyip Erdogan desafía a Estados Unidos
La operación militar “Primavera de la Paz” lanzada por Turquía en el norte de Siria continuará hasta que “alcance sus objetivos” y pese a la presión ejercida por Estados Unidos para que termine, dijo este martes el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
“Vamos a continuar nuestra lucha hasta que alcance los objetivos que nos hemos fijado”, dijo el mandatario en un discurso televisado desde Bakú, donde asiste a una conferencia regiona.
La ofensiva de Turquía contra la milicia kurda de las Unidades de Protección Popular (YPG), a quienes vincula con el grupo insurgente PKK que opera dentro de las fronteras turcas, ha entrado en su séptimo día con importantes avances dentro del territorio del norte sirio. Desde el principio ha generado fuertes críticas en la comunidad internacional, y el lunes Estados Unidos anunció sanciones contra el gobierno turco.
“Dios mediante, podremos asegurar rápidamente la región entre Manbij y nuestra frontera con Irak, para permitir, en una primera fase, que un millón de refugiados sirios, y luego dos millones, vuelvan a sus hogares por voluntad propia”, dijo Erdogan durante su discurso.
El presidente turco señaló que un área de 1.000 kilómetros cuadrados de territorio sirio había sido “liberado de la organización terroristas separatista”, en referencia a las YPG, que son el principal grupo dentro de la coalición de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF).
Ankara insiste en que el objetivo de su ofensiva militar es crear una zona de 30 kilómetros de profundidad y unos 450 de largo en el norte de Siria para repatriar allí a los 3,6 millones de refugiados que han huido a Turquía escapando de la guerra civil
El polémico proyecto implica la expulsión de los kurdos que habitan la zona y la construcción de grandes asentamientos para albergar a los refugiados sirios, que provienen de diferentes puntos del país y deberán volver a un país en el que el conflicto sectario aún no concluye. Tras ocho años de guerra, se calcula que han muerto más de 350.000 personas, con siete millones de desplazados internos y cinco millones de refugiados en el extranjero.
En gran medida, Turquía busca alejar a los kurdos de su frontera para cortar los presuntos vínculos entre las YPG y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), organización guerrillera que opera dentro de las fronteras turcas y entre la minoría kurda de ese país, a lq eu Ankara considera terrorista y con la que libra desde hace d´pecadas un violento conflicto.
Además, “Primavera para la Paz” se prepara para dar un golpe contundente a las aspiraciones separatistas y autonomistas de los kurdos en el norte de Siria, una vasta región a la que llaman Rojava y que han llegado a controlar por sí mismos ante la salida de las tropas del régimen sirio de Bashar al Assad, ocupados en combatir a los rebeldes levantados en 2011.
Al respecto, el domingo los kurdos y el régimen llegaron a un acuerdo para el despliegue de tropas sirias en el norte de Siria para hacer frente a la ofensiva turca.
La ofensiva turca, la tercera dirigida contra los kurdos desde 2016, ha generado intensas críticas en casi toda la comunidad internacional, invocando incluso las sanciones de Estados Unidos, quien ha sido un aliado clave de las YPG en sus recientes campañas contra el grupo terroristas Estado Islámico (ISIS, en inglés) que llevaron a la caída del “califato” en marzo.