Stranger Things se ha mantenido todos estos años como uno de los títulos más importantes de Netflix. A pesar del tiempo de espera para ver la más reciente temporada, el éxito fue mejor de lo esperado y dejó un claro camino para los fans que ya están ansiosos por ver el desenlace definitivo de la historia. Además de lograr una mitología muy interesante, Matt Duffer y Ross Duffer son muy buenos para crear personajes con los que los espectadores se pueden encariñar rápidamente. A lo largo de estas temporadas, los creadores encuentran en los protagonistas su punto más fuerte, aunque también han sido criticados por la forma en la que tratan a los nuevos. En esta ocasión, el público se quedó fascinado con Eddie Munson y Joseph Quinn, quien tomó algunas referencias de Johnny Depp.
Joseph Quinn lleva un tiempo trabajando como actor, pero le ha tomado bastante despegar su carrera. Entre sus papeles más importantes estaba una aparición en Game of Thrones y una participación en Operación Overlord , así como un papel más relevante en la serie Les Misérables, donde compartió créditos con Dominic West, David Oyelowo, Olivia Colman y Lily Collins. Algunos también lo reconocen por dar vida al príncipe Paul en unos episodios de Catherine the Great, protagonizada por Helen Mirren. Su llegada a Stranger Things impulsó de manera significativa su trayectoria y lo popularizó entre millones de personas que todavía están muy molestos por el destino final de su personaje.
En la serie, Eddie Munson es un joven algo conflictivo con una vida personal caótica que lo lleva a ser uno de los parias de Hawkins. Su aspecto desaliñado y rockero, así como su gusto por el juego de Calabozos y Dragones, lo presentan como un peligro para la sociedad más conservadora y es por eso que nadie duda que es capaz de asesinar a una joven porrista a sangre fría. Por supuesto, la fachada de este personaje cae rápidamente ante el espectador, quien puede apreciar una figura algo solitaria pero de gran corazón que también sirve como guía a la generación más joven, especialmente Dustin (Gaten Matarazzo) y Mike (Finn Wolfhard).
Eddie ve cómo una fuerza extraña acaba con la vida de Chrissy, una porrista con la que entabla una amistad, y aterrado huye del lugar, pero pronto se da cuenta que no puede regresar y explicar las cosas porque ya creen que es culpable de un crimen. Parte importante de su desarrollo también tenía mucho que ver con el hecho de que él no se sentía un héroe en lo absoluto, lo que obviamente lo llevó al camino del sacrificio, siendo una de las bajas más importantes de la temporada.
Los fans quedaron simplemente fascinados por el trabajo de Quinn y por el aspecto de Eddie, quien tiene toda la imagen de un chico problema de esa época con el cabello largo, mezclilla por todos lados y camisetas de bandas de rock pesado. Para muchos, Eddie representa a todo un grupo generacional que fue muy incomprendido y maltratado en esos tiempos. Para Joseph Quinn, hacer justicia a todo esto era indispensable y aunque pasó mucho tiempo practicando la guitarra para su épica escena en el episodio final, también se dedicó plenamente a entender el tono perfecto para Eddie, algo que encontró en uno de sus actores favoritos: Johnny Depp, quien fue una de las figuras más importantes de los ochenta en Hollywood.
En entrevista con Tudum, Quinn explicó:
«Me encantaba el Capitán Jack Sparrow. Creo que el personaje fue una increíble interpretación de Johnny Depp. Y le he robado pequeñas partes que he puesto un poco en Eddie.
La primera vez que vemos a Eddie, él no tenía problema con que la sociedad, especialmente dentro de la escuela, lo tomara por loco. Entre gestos y miradas retadoras, el resto de sus compañeros se hace una idea muy específica sobre su persona, aunque en su grupo más íntimo todos saben realmente lo bueno que es, y que tiene metas y esperanzas muy específicas para su vida personal.»
Además de esta influencia personal para Joseph Quinn, el aspecto del personaje toma mucho de los rockeros que tanto admira, pero también hace referencia a una persona de la vida real que sirve para ejemplificar el patrón de su desarrollo narrativo. Eddie Munson luce en muchos sentidos como Damien Echols, uno de los Tres de West Memphis. Al igual que Munson, Echols fue acusado de asesinar a un pequeño niño en lo que sólo puede ser considerada una cacería de brujas moderna. Su gusto por el rock y su estilo hicieron que estos jóvenes fueran tachados de satánicos y los mandaron a la cárcel por varios años a pesar de que no había evidencia real del crimen, un tema que se toca en la cuarta temporada de Stranger Things.