En la ciudad de Mandalay, una de las más afectadas, el terremoto provocó el derrumbe de edificios y puentes y provocó grietas en las carreteras.
A pesar de la llegada gradual de la ayuda internacional, el número de víctimas podría seguir aumentando en un país donde gran parte de la población vive junto a la falla Sagaing, donde se encuentran las placas india y euroasiática.
Las operaciones de rescate también se ven complicadas por los daños sufridos en hospitales e infraestructuras sanitarias, así como en carreteras y redes de comunicación.
Hasta el momento, la cifra de fallecidos asciende a más de 1,700.