El Senado de Rusiaaprobó este martes por unanimidad las leyes de ratificación de los tratados de «anexión” firmados el pasado viernes por el dirigente Vladimir Putin junto a los líderes prorrusos de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, en el este y sur del país vecino. Las cuatro leyes fueron votadas una por una y obtuvieron el respaldo de la totalidad de los miembros de la Cámara Alta del Parlamento.
Los documentos fueron presentados a los senadores por el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, quien destacó que para Moscú no tiene importancia que Occidente no reconozca los seudorreferendos de incorporación a Rusia de esos territorios, pero allí deben «entender esta nueva realidad». Lavrov aseguró que «una mayoría aplastante de los países -y se los garantizo- entiende perfectamente que nos asiste la razón».
Antes de las votaciones la senadora Liudmila Naruzova llamó la atención sobre el hecho «sin precedentes» de la anexión de territorios que aún se encuentran bajo control parcial de Ucrania, a lo que el presidente del Comité de Legislación Constitucional, Andrei Klishas, contestó que el Tribunal Constitucional ya dio su visto bueno a los tratados. De esta forma, concluyó la tramitación legislativa de los tratados de anexión, considerados ilegales por prácticamente todo el mundo.
Papel mojado
El lunes los tratados fueron ratificados por unanimidad por la Duma o Cámara Baja, donde ni siquiera hubo debate al respecto. Los tratados establecen que la lengua oficial en las «nuevas regiones” será el ruso, aunque se permitirá el empleo del ucraniano, y la moneda nacional, el rublo. Para la entrada en vigor de esta anexión, que salvo Corea del Norte ningún país reconoce, falta que las respectivas leyes sean promulgadas ahora por el jefe del Kremlin.
Para Rusia, las regiones mantendrán su nombre como nuevos entes de la Federación, tanto las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk como las regiones de Jersón y Zaporiyia. La ratificación parlamentaria coincide con la pérdida de territorios en el Donbás y el sur de Ucrania por parte del Ejército ruso, lo que ya obligó a Putin a decretar una movilización parcial.
Los tratados de anexión del 18 por ciento del territorio de Ucrania son papel mojado para Kiev y han sido rechazados por Estados Unidos y la Unión Europea, pero también por aliados del Kremlin como Kazajistán, Azerbaiyán, China, Turquía, India o Serbia. Los seudorreferendos en los que se basa este paso adoptado por Moscú tampoco son reconocidos como válidos por la comunidad internacional.