Al menos 45 personas murieron después de que un avión militar filipino con 96 personas a bordo se estrellara y se incendiara este domingo en el sur del país, según informó Reuters citando a las autoridades locales.
Al mismo tiempo, hasta el momento se ha rescatado a 50 personas de los restos del C-130 Hercules de la Fuerza Aérea Filipina en llamas, que fueron hospitalizadas. La operación de rescate está en curso.
El accidente tuvo lugar a las 11:30 (hora local) cuando la aeronave, que transportaba tropas desde la ciudad de Cagayán de Oro, intentaba aterrizar en la isla de Joló, según detalló el jefe del Ejército, el general Cirilito Sobejana.
«El avión no logró aterrizar en la pista y estaba intentando retomar el control pero no lo consiguió y se estrelló», explicó. Se precisa que varios soldados saltaron de la aeronave antes de que se estrellara, lo que los salvó de la explosión causada por el accidente.
Por su parte, un portavoz militar, el coronel Edgard Arévalo, señaló que no hay indicios de que tuviera lugar un ataque al avión, pero agregó que no se ha iniciado una investigación de los hechos y que los esfuerzos se centran actualmente en rescatar a los sobrevivientes.
De las 96 personas a bordo, la mayoría era personal del Ejército filipino, además de tres pilotos y cinco miembros de la tripulación. Los pilotos sobrevivieron pero resultaron gravemente heridos.
Muchos de los pasajeros se habían completado recientemente la formación militar básica y estaban siendo desplegados en la isla como parte de una fuerza de tarea conjunta que lucha contra el terrorismo en la región.
El Lockheed C-130 Hercules siniestrado era uno de los dos aviones de la Fuerza Aérea de EE.UU. que habían sido entregados a Filipinas como parte de la asistencia militar estadounidense este año.
