El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, dijo que las conversaciones con los negociadores rusos han dado algunas señales positivas, pero advirtió que no se puede confiar en Rusia.
Rusia anunció después de las conversaciones del martes entre la delegación ucraniana y rusa en Estambul, Turquía, que reducirá significativamente las operaciones militares cerca de la capital de Ucrania, Kiev, y la ciudad norteña de Chernihiv.
Estados Unidos y otros expresaron anteriormente su escepticismo sobre el anuncio de Rusia.
En un discurso de video el martes por la noche, Zelensky dijo que las “acciones valientes y efectivas” de las tropas ucranianas obligaron a Rusia a reducir su acción en Kiev y Chernihiv.
Dijo que Ucrania continuará el proceso de negociación “en la medida en que dependa de nosotros”, pero enfatizó la desconfianza en “las palabras que provienen de los representantes del país que continúan luchando para destruirnos”.
Zelensky dijo que los negociadores de Ucrania no comprometerán “la soberanía y la integridad territorial”.
Rusia se comprometió este martes a una desescalada en torno a Kiev y otra ciudad de Ucrania, pero las potencias occidentales llamaron a no bajar la guardia hasta verificar que Moscú cumple con su palabra.
El anuncio ruso fue hecho tras una reunión de los negociadores en Estambul, con el fin de buscar una salida a un conflicto que se inició con la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero y ha dejado ya miles de muertos y millones de desplazados.
El ministro ruso de Defensa, Alexánder Fomín, afirmó en Moscú que “las negociaciones sobre un acuerdo de neutralidad y el estatuto no nuclear de Ucrania entran en una dimensión práctica” y que Rusia decidió reducir de manera “radical” su actividad militar en torno a Kiev, la capital del país, y Chernígov (norte).
Los anuncios rusos fueron recibidos con escepticismo y recelo por las potencias occidentales, que tras la invasión impusieron un arsenal de sanciones económicas a Rusia.
En una conversación telefónica, los jefes de estado o de gobierno de Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia urgieron a sus aliados a no bajar la guardia.
Boris Johnson (Gran Bretaña), Joe Biden (EEUU), Emmanuel Macron (Francia), Olaf Scholz (Alemania) y Mario Draghi (Italia) “afirmaron su determinación de continuar elevando los costos para Rusia por sus brutales ataques en Ucrania, así como de continuar brindando a Ucrania asistencia en materia de seguridad para defenderse”, indicó un comunicado conjunto de esos países.
“Veremos si [los rusos] cumplen”, declaró Biden a periodistas.
El Pentágono indicó que algunos contingentes rusos “parecen estar alejándose de Kiev”, sin que eso pueda llamarse “un retroceso o una retirada”.
“Creemos que lo que probablemente [los rusos] tienen en mente es un reposicionamiento para priorizar otros lugares”, dijo el portavoz del departamento de Defensa de EEUU.