La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zajarova, se manifestó este miércoles a favor de retomar las negociaciones con Ucrania poco después de que el Ministerio de Defensa ruso haya anunciado la retirada del Ejército ruso hacia la orilla occidental del río Dniéper.
“Seguimos abiertos a las negociaciones. Nunca las hemos rechazado, estamos listos para realizarlas, por supuesto, teniendo en cuenta las realidades que se están gestando en este momento”, explicó, según informó agencia de noticias TASS.
Zajarova también criticó a Alemania, asegurando que, en lugar de empujar a Ucrania a las negociaciones, sigue suministrando armas.
“La parte alemana, en contra de sus propias leyes y reglamentos que prohíben la exportación de armas letales a regiones en crisis y zonas de conflictos armados, continúa suministrando sistemas de armas al régimen de Kiev, alentando así su continuación de las hostilidades a toda costa”, dijo.
El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, encargó al comandante Sergei Surovikin de las fuerzas rusas en Ucrania que “comience con la retirada de las tropas y tome todas las medidas para garantizar la transferencia segura de personal, armas y equipos a través del río Dniéper”.
Las autoridades establecidas por Rusia en la ocupada provincia ucraniana de Kherson anunciaron el lunes el final de la “evacuación organizada” en la “orilla oriental” de la región y afirmaron que el resto de personas que quieran abandonar la zona tendrán que hacerlo por sus propios medios.
La retirada de Kherson -que se encuentra en una región del mismo nombre que Moscú se anexionó ilegalmente- supone otro importante revés para Rusia. La ciudad, con una población de 280.000 habitantes antes de la guerra, es la única capital regional capturada por las fuerzas rusas desde que comenzó la invasión del 24 de febrero.
Surovikin, que asumió a principios de octubre el mando de todas las tropas rusas en Ucrania, admitió que la retirada no era “una decisión fácil”, aunque dijo que la prioridad para Moscú es proteger la vida de civiles y militares.
“Vamos a salvar la vida de nuestros soldados y la capacidad de combate de nuestras unidades. Mantenerlos en la orilla derecha (occidental) es inútil. Algunos de ellos pueden ser utilizados en otros frentes”, dijo Surovikin.
La noticia se produjo tras semanas de avances ucranianos hacia la ciudad y una carrera de Rusia para reubicar a más de 100.000 de sus residentes.