Los 12 niños y su entrenador de fútbol que habían quedado atrapados en una cueva en Tailandia hace 18 días están ya fuera, después de que los equipos de rescate hayan sacado este martes a los últimos cuatro menores y al adulto. Así lo ha confirmado la Marina tailandesa, que coordina la operación de rescate.
El rescate de los 13 atrapados se ha sucedido de manera escalonada: cuatro salieron el domingo, cuatro el lunes y otros cinco este martes. La operación de salvamento, extraordinariamente compleja y difícil, se cobró la vida el pasado jueves del submarinista tailandés Samarn Kunan
La noticia del rescate ha dado lugar a expresiones de alivio y felicitación en todo el mundo, dado el interés que ha concitado el suceso. No obstante, la operación no puede darse por terminada porque aún tienen que abandonar la cueva de Tham Luang un doctor y tres submarinistas que han estado acompañando a los menores.
Las lluvias obligan a acelerar el rescate
Se necesitaron dos jornadas completas para evacuar a los primeros ocho niños de la cueva de Tham Luang. Sin embargo, las autoridades han decidido acelerar el rescate este martes y sacar a los otros cuatro menores y al entrenador en el menor tiempo posible, ante la amenaza de que las fuertes lluvias inundaran las galerías y dificultaran aún más el rescate.
Después de una pausa de 10 horas para reponer el material utilizado y evaluar las condiciones en la caverna, el contingente internacional formado por 18 miembros se ha adentrado a primera hora del martes en la cueva.
Para salir de la cavidad donde se habían refugiado, los 13 rescatados, acompañados por dos buzos, han tenido que atravesar laberínticos pasadizos parcialmente inundados y fuertes desniveles en condiciones de visibilidad nula.
Según ha confirmado el primer ministro tailandés, Prayut Chan, a los menores se les ha dado una medicación contra la ansiedad para ayudarles a mantener la calma durante el tránsito.
Los ocho rescatados están en buen estado de salud
Los cinco rescatados este martes han sido atendidos en un hospital de campaña en la entrada de la cueva antes de ser trasladados al hospital de Chiang Rai, la capital provincial. De momentono se ha informado de su estado de salud.
Los menores rescatados el domingo y el lunes se encuentran en buen estado, pero permanecen en cuarentena para evitar enfermedades, debido a la debilidad de su sistema inmunológico. Los familiares pueden verles a través de un cristal.
Según las autoridades, el grupo pasará al menos una semana en observación, por lo que no podrán aceptar la invitación de la FIFA para asistir a la final del Mundial de Fútbol en Rusia.
Los doce escolares -con edades comprendidas entre 11 y 17 años- pertenecen al club de fútbol «Jabalíes salvajes». Junto con su entrenador, de 26 años, se internaron en la cueva el sábado 23 de junio después de un entrenamiento. Una súbita tormenta inundó la cavidad, les cortó la salida y les obligó a internarse por las galerías a más de cuatro kilómetros de la entrada, hasta encontrar un lugar a salvo de la inundación.
Una de las madres dio la voz de alarma al ver que su hijo no regresaba, y los guardabosques del parque nacional donde se encuentra la gruta hallaron las bicicletas de los niños, pero el primer intento de búsqueda quedó abortado por la crecida de las aguas estancadas en el complejo subterráneo.
Las autoridades desplegaron entonces a un millar de militares para las tareas de rastreo de los desaparecidos, a los que se sumaron centenares de voluntarios internacionales, entre ellos el buzo español Fernando Raigal.
Nueve días después de iniciarse la búsqueda, dos buzos británicos localizaron a los niños en una isleta de terreno elevado a unos cuatro kilómetros en el interior de la cavidad.
Todo el mundo estuvimos pendientes del rescate de los niños tailandeses y su entrenador, atrapados en una cueva inundada. También todos nos hemos sentido muy contentos de que han logrado salir con vida después de experiencia tan complicada. Estoy también seguro que todos hubimos querido ayudar de alguna manera, incluso con algo material, para rescatar a esos chicos de la muerte segura que los amenazaba. Ello me lleva a pensar, más que todo a nivel de mi paupérrimo país, por qué no hacemos algo efectivo para evitar que decenas de miles de niños salvadoreños no mueran por desnutrición, por abandono… Leer más »
Gracias a Dios estan a salvo. Es un gran milagro. Bendiciones a los muchachos y su entrenador. Muy valientes.