El juicio político contra el presidente Donald Trump comenzó este martes en el Senado de Estados Unidos bajo el férreo control de sus aliados republicanos y la frustración de los demócratas por las trabas de la mayoría conservadora a sus intentos de arrojar más luz sobre el caso.
El proceso comenzó con un debate sobre las reglas diseñadas por McConnell, quien propuso inicialmente que los «fiscales» demócratas y la defensa de Trump tuvieran cada uno 24 horas divididas en dos días para exponer sus argumentos. Pero las presiones de algunos en su propio partido obligaron a McConnell a cambiar su propuesta a última hora y a establecer que esas 24 horas se dividirían en cambio en tres días, para evitar las sesiones de madrugada.
El líder republicano anunció que el Senado aprobaría este martes a toda costa las normas del juicio político, lo que inició un largo debate al que asistieron, en silencio, los 100 senadores convertidos en «jurado» del proceso contra Trump.
Durante cerca de 13 horas, los demócratas trataron de hacer frente a las reglas de McConnell con las enmiendas presentadas por su líder en esa cámara, Chuck Schumer, pero no tuvieron éxito.
Los republicanos, que son mayoría en el Senado, rechazaron un total de 11 enmiendas demócratas:
1. Solicitud para citar a la Casa Blanca a presentar documentos
2. Solicitud para que el Departamento de Estado presente documentos, emails y memorandos relacionados con Ucrania.
3. Solicitud para citar documentos relacionados con la suspensión de la ayuda militar a Ucrania de la Oficina de Administración y Presupuesto.
4. Solicitud para citar a declarar al jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney.
5. Solicitud para citar una serie de documentos del Departamento de Defensa relacionados con el escándalo de Ucrania.
6. Solicitud para citar a declarar a los funcionarios de la Casa Blanca Michael Duffey, de la oficina de presupuesto, y Robert Blair, asesor principal del jefe de gabinete.
7. Solicitud sobre las reglas del manejo de pruebas durante el juicio.
8. Solicitud para citar a declarar al ex asesor de Seguridad Nacional, John Bolton.
9. Solicitud para forzar los votos sobre los testigos y los documentos.
10. Solicitud para regular la cantidad de tiempo asignado para las mociones escritas y las respuestas durante el juicio.
11. Solicitud para dar al presidente de la Corte Suprema, John Roberts, autoridad para citar testigos y documentos, en lugar de dejarlo por cuenta de un voto del Senado.
Un sargento que mandó a callar a los senadores
Este martes, la arrancada del juicio político a Trump en el Senado de Estados Unidos, sirvió para que el sargento de armas de esa Cámara viviera su momento de gloria, al exigir a los 100 miembros del senado que debían permanecer callados o los llevaría a prisión.
«¡Escuchen, escuchen, escuchen! Se ordena a todas las personas que guarden silencio, so pena de prisión», fue el llamado del 41º sargento de armas del Senado, Michael Stenger, que aunque firme en su petición no se espera realmente que meta a nadie a la cárcel.
No lo hizo ni siquiera uno de sus predecesores en 1863, cuando un senador demócrata le apuntó con un arma porque el sargento le había pedido que abandonara la sala por su intolerable comportamiento (el senador se había referido al entonces presidente Abraham Lincoln como «un hombre débil e imbécil»).
El sargento del Senado tiene también la función de instalar el equipamiento y moviliario adecuado para llevar a cabo el juicio político en la Cámara. Los muebles que se están empleando en esta ocasión fueron diseñados expresamente para el juicio a Bill Clinton en 1999 y desde entonces estaban guardados en el sótano del Capitolio.
Este martes, para empezar la jornada, tras el mazaso de apertura del presidente Roberts, un juramento y la intervención del líder de la Cámara explicando cómo sería el procedimiento, la voz amenazadora del sargento buscaba que todos los senadores permanecieran callados durante las largas horas que duró la sesión, y prácticamente lo logró.
El presidente de la Corte Suprema recrimina el comportamiento senadores
El presidente de la Corte Suprema, John Roberts, quien preside el juicio político del presidente Donald Trump, ha recriminado el comportamiento en esta larga e intensa jornada tanto de los “managers” demócratas de la Cámara de Representantes como del equipo legal del presidente, que han tenido un intercambio cruzado en sus declaraciones.
«Creo que me toca amonestar tanto a los administradores de la Cámara de Representantes como al abogado del presidente en términos iguales para recordar que se están dirigiendo al mayor cuerpo deliberativo del mundo», dijo Roberts. «Una razón por la que se ha ganado ese título es porque sus miembros evitan hablar de cierta manera y usar un lenguaje que no sea propicio para el discurso civil».
Roberts se refería al choque entre ambas partas en sus argumentos y declaraciones, cuando el presidente del Comité Judicial de la Cámara Baja, Jerry Nadler, acusó a los senadores republicanos de «votar por un encubrimiento» al no aprobar las enmiendas que pedían citar documentos y testigos adicionales.
«Hasta ahora, me entristece decir que veo a muchos senadores votando por un encubrimiento. Votando para negar testigos y obviamente un voto traicionero», dijo Nadler. «Un voto en contra de una consideración honesta de la evidencia contra el presidente. Un voto en contra de un juicio honesto. Un voto en contra de los Estados Unidos», dijo Nadler, ante lo cual, el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, respondió durante su turno: «El único que debería avergonzarse, señor Nadler, es usted. Por la forma en que se dirigió a este órgano. Este es el Senado de los Estados Unidos. Usted no manda aquí».
El presidente del juicio político, John Roberts, dijo que ese tipo de intercambio no era apropiado y que quienes se dirigen al Senado «deberían recordar dónde están».