El domingo por la mañana, cercado por la difusión de un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que confirmaba fraude electoral en los comicios del 20 de octubre pasado, el presidente de Bolivia Evo Morales anunció que convocaría nuevas elecciones generales y renovaría la totalidad de los miembros del Tribunal Supremo Electoral.
Pero la decisión no fue suficiente para mantener su credibilidad: ministros de su gabinete y legisladores de su partido continuaron renunciando a sus cargos. Williams Kaliman, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, lo instó a dimitir para que “se restablezca la paz y se mantenga la estabilidad, por el bien de Bolivia”. Sin más remedio, el presidente renunció tras 14 años en el gobierno, alegando ser víctima de un golpe de estado a pesar de haberse comprobado la estafa electoral que había pergeñado.
Los funcionarios que están en la orden de sucesión para asumir la presidencia bajo la constitución -el vicepresidente, el presidente del senado y el presidente de la cámara baja- también han renunciado. Frente al vacío de poder, la senadora Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del Senado, dijo que podría asumir la presidencia de Bolivia para liderar el período de transición que se impone en el país.
“Estaré el lunes [11 de noviembre] en La Paz para asumir formalmente la responsabilidad siguiendo el orden de sucesión, con objeto de convocar a nuevas elecciones”, dijo la legisladora Áñez a la cadena de televisión Unitel.
“Creo que los bolivianos no merecemos esto y es urgente que le demos una certidumbre a la gente. Por lo tanto, si hay acompañamiento de las organizaciones civiles, voy a asumir. Pero si se decide otra vía u otro camino, yo lo voy a aceptar”, agregó.
La senadora Áñez, miembro de la alianza opositora Unidad Demócrata, es una abogada que desde 2010 desempeña el cargo de vicepresidenta y senadora en la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, en representación del Departamento del Beni. Obtuvo el escaño como candidata del Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional (PPB-CN), integrante de la mencionada alianza.
Ha sido una dura crítica al gobierno de Morales, acusándolo de querer “perpetuarse en el poder” y de “tener al país en esta situación por querer sumar un cuarto mandato”.
“No podemos decir que estábamos en democracia. No se puede hablar de democracia cuando hay perseguidos políticos, cuando hay exiliados políticos, cuando la institucionalidad democrática es inexistente, cuando no se respeta la Constitución”, sentenció el domingo sobre el gobierno de Morales.
Entre los años 2006 y 2008 se desempeñó como asambleísta constituyente para la redacción de la nueva carta constitucional. Fue miembro en la Asamblea Constituyente de la comisión de organización y estructura del nuevo estado, trabajando también en la parte del Poder Judicial. Está casada con Héctor Hernando Hincapié Carvajal, un político colombiano.
Tiene 52 años, nació en la ciudad de Trinidad, y se doctoró en 1991.
Si consigue el apoyo de las fuerzas cívicas y quórum en la asamblea, donde el MAS tiene dos tercios de los escaños, Áñez se convertiría en la 66º Presidenta en Ejercicio de Bolivia. “Estoy muy conmovida por todo lo que ha pasado en estas últimas 24 horas en el país, pero si tengo el acompañamiento de todos los que han llevado adelante este movimiento por la libertad y por la democracia, voy a asumir el reto”, dijo Áñez en un mensaje al pueblo boliviano.
¿Qué pregunta es esa? Una GOLPISTA Y FASCISTA. Así de sencillo. Hay que llamar al pan, PAN, y al vino, VINO. En pleno Siglo XXI no se puede tolerar bestiales conductas, como la de los racistas o fascistas. Recuerden estas bestias que son minoría.
ya era hora de q saliera ese dictador