La disputa protagonizada entre los gobiernos de Gustavo Petro y Donald Trump por los vuelos de inmigrantes deportados desde Estados Unidos generó secuelas sensibles para Bogotá. Este lunes 27 de enero, el peso colombiano se debilitó alrededor de 1,2% en las primeras operaciones del día. Además, pese a que el “impasse” está superado según declaró el canciller colombiano, Washington mantendrá las restricciones a los visados hasta que se concrete el primer vuelo de repatriados.
Expectativa en Colombia por la llegada de los vuelos con personas deportadas desde Estados Unidos, que el domingo desató horas de crisis entre las dos naciones.
Mientras tanto, y pese a que el Gobierno colombiano declaró que el «impasse» ha sido «superado», el territorio colombiano ha estado sacudido este 27 de enero por algunas consecuencias.
En las primeras operaciones del día, el peso colombiano tuvo un debilitamiento del 1,2% frente al dólar luego de que ambos países cruzaron anuncios propios de una guerra comercial.
Entretanto, a las afueras de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá, decenas de personas afirmaron que les fueron canceladas las citas que tenían programadas para el proceso de adquisición de diversos tipos de visa.
La prensa local subraya que en medio de la crisis el Gobierno estadoundiense mantiene suspendidas todas las citas para visas que estaban previstas. Además, un día antes, Washington remarcó que revocaría las visas para los funcionarios colombianos, sus familiares inmediatos, miembros del partido oficialista Colombia Humana y sus simpatizantes.
Los usuarios recibieron correos electrónicos de la entidad donde se tramitan las visas para ingresar a territorio estadounidense cancelando turnos que habían sido confirmados hace meses.
“Las restricciones de visados emitidos por el Departamento de Estado y las inspecciones reforzadas de Aduanas y de Protección Fronteriza se mantendrán en efecto hasta que el primer avión cargado de deportados colombianos regrese con éxito”, expresó Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca.
En las últimas horas, el embajador de Colombia en la capital de EE. UU., Daniel García-Peña, declaró al diario ‘El Tiempo’ que la crisis ha quedado solucionada y las relaciones entre los dos países está «fortalecida».
Más temprano, el delegado diplomático aseveró en conversación con ‘Blu Radio’ que la situación podría haber sido altamente sensible. «No llegamos a romper relaciones, pero estuvimos a punto de una situación muy crítica. La guerra comercial y la amenaza de aranceles hubiera sido terrible no solo para Colombia, sino también para Estados Unidos», expresó.
Sin embargo, y después de que Colombia anunciara que repatriará a sus ciudadanos en situación irregular en Estados Unidos en el avión presidencial, el Gobierno de Donald Trump remarcó que mantiene las medidas tomadas contra Bogotá hasta que en efecto los colombianos indocumentados que fueron detenidos en los últimos días se encuentren de nuevo en su país de origen.
El columnista Michael Reid, que escribe para medios de comunicación como ‘The Economist’, subrayó que lo ocurrido con Colombia es «la primera escaramuza» de la guerra arancelaria que Trump ha lanzado contra diversas naciones.
«La intimidación de Trump puede ser eficaz, pero a costa de perder amigos en el largo plazo. Y si se va a enfrentar a Trump, se necesita una estrategia bien pensada, y no la improvisación emocional», declaró Reid, en referencia a la respuesta que un día antes dio el presidente colombiano a la decisión de Washington.
¿Cómo se desató la crisis diplomática entre EE. UU. y Colombia?
Las relaciones entre Colombia y Estados Unidos se resquebrajaron a alto nivel a raíz de la decisión de la nación latinoamericana de no recibir al avión con personas indocumentadas que fueron deportadas desde el país del norte, luego de que el presidente Gustavo Petro denunciara trato indigno de Washington contra los civiles.
Tras una serie de entredichos entre ambos presidentes, se impusieron sanciones en distintas áreas. Sobre la noche, la situación pareció resuelta luego de que la Secretaría de Estado estadounidense aseveró que el gobierno de Gustavo Petroaceptó las condiciones pautadas por Donald Trump para el envío de nacionales colombianos. Sin embargo, los problemas siguen persistiendo.
En este sentido, tanto Trump como Petro amagaron con imponer aranceles a los productos de la otra parte. También cayó el precio del petróleo producto de que Washington se retractó de fijar sanciones contra Colombia, lo que redujo la preocupación inmediata por la interrupción del suministro.
El año pasado el país latinoamericano envió alrededor del 41% de sus exportaciones marítimas de crudo a EE. UU..
“Hemos superado el impasse con el Gobierno de Estados Unidos”, aseveró el canciller Luis Gilberto Murillo durante la noche del domingo. Sin embargo, pese a las afirmaciones del encargado de relaciones exteriores, la situación no volvió a la normalidad existente previamente al sismo diplomático con Washington.
Además de la advertencia de subir aranceles en 25% -y 50% en la próxima semana-, EE. UU. puso restricciones de viaje y revocación de visados para funcionarios del gobierno colombiano, junto a posibles sanciones económicas e “inspecciones” a los ciudadanos y mercancías colombianas que lleguen a suelo estadounidense.
El secretario de Estado, Marco Rubio, ordenó que suspendan inmediatamente “la emisión de visas en la sección consular de la embajada de EE. UU.”, lo que perjudicó a miles de personas que tenían sus citas asignadas con antelación.
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