“¡Habemus Papam!”. El 13 de marzo de 2013, luego de exclamar esa emblemática frase ante miles de testigos en la Plaza de San Pedro, el cardenal francés Jean-Louis Tauran fue el encargado de anunciarle al mundo el nombramiento de Jorge Bergoglio como nuevo Papa. A poco más de cinco años de ese momento, imborrable para el mundo, el Vaticano comunicó este viernes la muerte de Tauran.
El purpurado, 75 años, falleció el jueves en Connecticut, Estados Unidos, a donde había viajado para tratarse de Parkinson, enfermedad que lo aquejaba desde 2012 y cuyos efectos ya eran visibles cuando se asomó al balcón a anunciar la llegada del actual papa Francisco.
Actualmente presidía el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso y en 2014 había sido designado camarlengo de la iglesia, es decir encargado de la transición entre la muerte y la elección de un papa, lo que no podrá cumplir.
Del purpurado, considerado inteligente, trabajador y viajero infatigable, también se ha valorado su discreción y lealtad, que le llevaron a estar en altos puestos curiales con los últimos tres papas.
Con Juan Pablo II fue Secretario de Relaciones para los Estados, una especie de ministro de Exteriores vaticano, y después el papa polaco le puso al frente de la Biblioteca y del Archivo Secreto vaticanos.
Benedicto XVI volvió a darle un cargo importante en la Curia, el de presidente del Diálogo religioso, para relanzar las relaciones con el islam después de aquel discurso en la Universidad de Ratisbona que provocó las protestas del mundo islámico por el malentendido sobre la figura de Mahoma.
Desde 2007 era presidente del Pontificio Consejo para el Dialogo religioso, cargo desde el que impulsó las relaciones con el islam.
Su último viaje, en abril de este año, fue a Arabia Saudita donde se reunió con el rey Salman en la primera visita de un alto cargo de la Curia a ese país.
El cardenal Jean-Louis Tauran nació en Burdeos (Francia) el 5 de abril de 1943. Completó sus estudios clásicos en el Liceo «Michel de Montaigne», en Burdeos, y después de pasar dos años en el seminario diocesano, fue enviado a Roma como alumno del Pontificio Seminario Francés y la Universidad Pontificia Gregoriana, donde completó sus estudios filosóficos y teológicos, obteniendo las Licenciaturas en Filosofía y Teología.
El 20 de septiembre de 1969 fue ordenado sacerdote y después de ejercer durante tres años como párroco en Burdeos, ingresó en la Pontificia Academia Eclesiástica (la escuela diplomática de la Iglesia).
De 1975 a 1978 trabajó en la nunciatura de Santo Domingo y entre 1979 y 1983 en la del Líbano, posteriormente fue llamado a Roma y el 3 de octubre de 1988 asumió el cargo de subsecretario para las Relaciones con los Estados y el 1 de diciembre de 1990 fue nombrado Secretario de esta institución.
El 6 de enero de 1991, fue consagrado obispo por el papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro, y en agosto de 1991 encabezó una delegación especial de la Santa Sede a Belgrado en un intento de poner fin a la crisis de Kosovo.
El 16 de diciembre de 1995 el Vaticano envió por primera vez a Israel a monseñor Tauran, en una visita oficial que incluyó en la agenda el delicado problema de Jerusalén.
En octubre de 1996 visitó La Habana, donde se entrevistó con el entonces presidente cubano, Fidel Castro, tras lo que confirmó el viaje oficial del papa a la isla, que tuvo lugar en enero de 1998.
Tauran fue condecorado en 1997 con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, de España, y en 1999 con la Orden del Sol del Perú.
Clarín