La piloto estadounidense de autos Jessi Combs, considerada «la mujer más rápida en cuatro ruedas» tras haber establecido un récord de 640 km/h en 2013, murió en un accidente al intentar batir ese registro, informó la policía.
Los servicios de emergencia fueron informados el martes que un vehículo equipado con un motor a reacción se había estrellado en el desierto de Alvord al intentar batir un récord de velocidad, señaló en un comunicado el comisario del condado de Harney, en Oregon, oeste de Estados Unidos.
Los policías identificaron a la persona accidentada como Jessica (Jessi) Michelle Combs, de 39 años. «Jessi Combs estaba muerta. Las causas del siniestro son desconocidas y son actualmente objeto de investigación», subrayó el texto.
«Su sueño más notable era convertirse en la mujer más rápida de la tierra, un sueño que había estado persiguiendo desde 2012», reconoció la familia a través de un comunicado público. «Era una de las raras soñadoras con el valor de conseguir esas posibilidades en realidad y dejó esta tierra conduciendo más rápido que cualquier otra mujer», agregaron.
La mujer, que participaba igualmente en varios programas de televisión en Estados Unidos, había decidido retomar en 2018 la conducción de su auto a reacción para mejorar sus resultados.
Según sitios especializados, había superado los 680 km/h, pero su intento no había podido ser validado oficialmente en razón de un problema mecánico. «Hicimos todo lo humanamente posible para salvarla», se lamentó Terry Madden, miembro del equipo de la estadounidense que estaba en el momento del «horrible accidente», como lo calificó a través de sus redes sociales.
«Puede parecer un poco loco caminar directamente hacia la línea de fuego … los que están dispuestos, son los que logran grandes cosas…», fue uno de los últimos posteos de la piloto en su cuenta de Instagram, en la que se la veía caminar decidida hacia el vehículo
Combs se había fijado como objetivo superar la marca de la «mujer más rápida del mundo», en poder de la estadounidense Kitty O’Neil desde que en el mismo desierto de Alvord superó, en 1976, los 825 km/h a bordo de un vehículo de tres ruedas