El cuerpo sin vida de un niño apareció en la tarde del jueves en el Río Bravo, cerca de la ciudad fronteriza de Del Río, Texas. Otros dos niños y un adulto permanecen desaparecidos desde que, en la noche este miércoles, volcara la balsa con la que intentaban cruzar la frontera desde México. Los menores son un bebé de nueve meses y dos de unos siete años.
Nueve inmigrantes centroamericanos trataban de cruzar. Un hondureño de ese grupo que logró salvarse dijo que las aguas eran muy rápidas y frías.
Las autoridades fronterizas de Estados Unidos recuperaron el cuerpo de un niño de 10 meses de edad y continúan buscando a otros dos menores y a un adulto cuya balsa se volcó en el Río Grande cuando intentaban cruzar la frontera México-Estados Unidos la noche del miércoles cerca de Del Río, Texas, de acuerdo con el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza.
Los menores desaparecidos tienen ambos siete años. El incidente se produjo cerca de la ciudad fronteriza de Del Rio, en Texas. Las primeras informaciones indican que en la embarcación viajaban nueve migrantes centroamericanos cuando hacia las 09:45 pm la balsa se volteó.
Agentes fronterizos en patrulla se encontraron con un hombre hondureño de 27 años quien dijo ser una de las nueve personas que iban en la balsa de goma, en aguas que describió como frías y rápidas.
El hombre contó a los agentes que su esposa, sus dos hijos de 10 meses y 6 años, y un sobrino de 7 años fueron barridos. Otras dos familias también estaban en la balsa, mencionó un funcionario.
Los agentes fronterizos que estaban cerca del lugar encontraron a tres de los migrantes y lograron rescatar a otros dos (incluyendo otro menor), que lograron salvarse al alcanzar una pequeña isla en el centro del río.
Más tarde, un agente fronterizo encontró a la esposa y al hijo de seis años del hombre que hizo el reporte inicial. El chico fue llevado rápidamente a un hospital local.
«Lo que estamos tratando ahora es una tragedia sin sentido», dijo el agente Raúl L. Ortiz, jefe de la Patrulla Fronteriza del sector Del Río, en una declaración dada a conocer el jueves.
«Los hombres y mujeres de la Patrulla Fronteriza han estado haciendo todo lo que está a su alcance para prevenir incidentes como éste. Y sin embargo, los traficantes insensibles siguen poniendo en peligro la vida de los migrantes para obtener beneficios económicos».
La primavera es la época más peligrosa del año para cruzar el río, ya que su flujo aumenta por la escorrentía de los embalses para abastecer a granjas y ciudades.
“Con el aumento de los niveles de agua, el río es más rápido y más alto de lo normal, lo que hace que cualquier intento de cruzarlo sea aún más traicionero”, dijo el jefe de la Patrulla de Del Río, Raúl Ortiz, la semana pasada después del rescate de 63 migrantes durante tres incidentes en abril.
Las cifras
Según datos citados por The Washington Post, el pasado año agentes de la Patrulla Fronteriza tuvieron que intervernir en 4,300 emergencias en la frontera y se produjeron 283 muertes en el año fiscal 2018.
El Departamento de Seguridad Nacional no han publicado aún información sobre la nacionalidad de los desaparecidos, indicó el Post.
«Estamos haciendo todo lo posible para poder encontrar a los desaparecidos», dijo un oficial al diario.
Las autoridades estadounidenses siempre alertan de los peligros de emigrar hasta Estados Unidos y advierten de que puede ser un viaje mortal. Sin embargo, las condiciones de pobreza y violencia que viven millones de personas han hecho que este año se estén registrando niveles récord de los últimos años de migrantes camino a Estados Unidos.
El número de cruces ilegales en la frontera sur se ha situado en marzo en 103,000, la cifra más alta de los últimos 12 años.
En las últimas semanas, cruzar el Río Grande ha aumentado su peligrosidad debido a que está más profundo y las corrientes son más fuertes al agua que ha llegado por la primavera.