Decenas de miles de personas en todo Estados Unidos marcharon la noche del martes en apoyo del juicio político contra Donald Trump, desde una manifestación a través de un lluvioso Times Square hasta puñados de activistas en vigilia en pequeños pueblos de todo el país, horas antes de la votación en la Cámara de Representantes.
En el corazón de Manhattan, como parte de las 600 protestas organizadas bajo el lema “Nobody is Above the Law” (Nadie está por encima de la ley), miles de estadounidenses acudieron paraguas en mano, protegiéndose de la insistente lluvia que ha cayó en la ciudad durante toda la jornada del martes, y con pancartas en contra del presidente estadounidense.
“Trump fuera, rusos fuera”, rezaba una de ellas, en referencia a los supuestos vínculos del mandatario con el gobierno ruso y la injerencia en las pasadas elecciones presidenciales del país. “Impeachment para el aspirante a dictador antes de que sea demasiado tarde”, o “Necesitamos a un líder, no a un sucio tramposo”, exigían los carteles de los manifestantes.
Los asistentes se reunieron en torno a una gran pancarta en la que se podía leer la sección 4 del artículo 8 de la Constitución de EE.UU., que contempla el impeachment de un presidente en caso de traición, sobornos, delitos graves o faltas leves.
En San Francisco, Marti McKee, un artista comercial, estuvo distribuyendo carteles y pancartas a los manifestantes desde que Trump ganó las elecciones de 2016. A ella le ha impresionado cómo el juicio político atrae a tantas menos personas a las calles que otras causas. “Es perturbador, teniendo en cuenta que estamos hablando de corrupción que afecta a nuestra democracia”, dijo. “No entiendo por qué no todos están en las calles”.
A pesar de toda la pasión entre los activistas, las reuniones fueron notablemente más pequeñas que muchas de las otras protestas masivas recientes que comenzaron con las millones de fuertes Marchas de Mujeres el día después de la inauguración de Trump y han abarcado temas que van desde el cambio climático hasta el control de armas.
Algunos activistas reconocieron que el proceso no ha activado una ola entusiasta en la sociedad civil, como temas de atención médica, las armas o el cambio climático. Recientes encuestas de opinión pública muestran que el país está relativamente dividido en cuanto a si debe destituir a Trump de su cargo por presionar a Ucrania para que investigue a sus rivales políticos, y el tema rara vez aparece en el camino de la campaña presidencial demócrata.
En Denver, Thaddeus Bruno, de 41 años, lamentó que sólo unos pocos cientos de personas se habían presentado. Un amigo lo atribuyó a que la gente estaba “enferma de Trump”, o agotada por las múltiples controversias que rodeaban al presidente. Analistas también han señalado el final previsible del proceso: un aprobación del juicio político y casi ninguna posibilidad de éxito en el Senado.
Este miércoles se prevé que la Cámara Baja someta a votación en el pleno los cargos políticos contra Trump, que probablemente saldrán adelante gracias a la cómoda mayoría con que cuentan los demócratas, con lo que se daría luz verde a un proceso de destitución contra el mandatario en el Senado que comenzaría en enero.
Dado el control republicano en la Cámara Alta, de 53 frente a 47, y que el juicio político exige además una mayoría de dos tercios, la destitución de Trump parece sumamente improbable.
En septiembre, los demócratas anunciaron el inicio de una investigación de juicio político contra Trump, después de que un informante revelara a los servicios de Inteligencia el contenido de una conversación telefónica en julio entre el presidente y su homólogo de Ucrania, Volodimir Zelenski.
En ella, Trump presionó a Zelenski para que abriera pesquisas contra su rival político y exvicepresidente, el demócrata Joe Biden, y su hijo Hunter por supuesta corrupción en ese país.
