Las autoridades mexicanas tratan de identificar dos cadáveres hallados en el río Bravo esta semana, en la frontera con Estados Unidos, incluyendo uno que fue detectado en la barrera de boyas flotantes que el gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó instalar recientemente cerca de Eagle Pass.
Tanto México como Estados Unidos informaron de las dos muertes como episodios separados y ahora es la fiscalía del estado de Coahuila la encargada de los procesos de identificación de los cadáveres, presuntamente migrantes que perdieron la vida al intentar cruzar irregularmente el río que hace frontera entre ambos países. La causa de las muertes tampoco no ha sido determinada oficialmente todavía.
El Departamento de Seguridad Pública de Texas dijo en un comunicado el jueves que había recibido un informe el miércoles de “una posible víctima ahogada flotando río arriba” de la barrera de boyas y que notificó a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos y al consulado de México. La agencia indicó que, más tarde pero el mismo miércoles, se encontró un segundo cuerpo en la barrera flotante.
“La información preliminar sugiere que este individuo se ahogó río arriba de la barrera marina y flotó hacia las boyas”, dijo Steve McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública. “Hay personal apostado en la barrera marina en todo momento en caso de que algún migrante intente cruzar”.
Isabel Turcios, religiosa que dirige la Casa del Migrante de Piedras Negras, indicó que los migrantes siguen cruzando aunque las autoridades estadounidenses pusieron alambre de púas en la zona bajo el puente fronterizo que separa esa localidad de Eagle Pass. En otro punto un poco más distante río abajo, colocaron los 300 metros de boyas.
Normalmente, explicó, lo hacen por una zona cercana al puente, que es donde hay menos agua, y luego caminan río abajo hasta que encuentran algún espacio donde no haya alambre de púas.
Turcios dijo desconocer si hay personas que intentan hacerlo también por la zona de las boyas y mencionó que había notado un aumento en el cauce del río, probablemente porque habían abierto las compuertas de la presa situada aguas arriba.
Los migrantes siguen llegando a montones”, afirmó. “Anoche durmieron unas 200 personas, esta mañana han entrado más de 50 al albergue». Señaló que unos llegan ya con la cita de la aplicación CBPOne pero otros se desesperan, sobre todo madres con hijos. «Se bañan, descansan (en el albergue) y luego van y se lanzan al río» para entregarse del otro lado donde generalmente las procesan.
México había advertido sobre los riesgos que representan las enormes boyas anaranjadas que se extienden unos 305 metros en el río Bravo, que en Estados Unidos se llama río Grande. La barrera que se instaló en julio y tiene la extensión equivalente a tres campos de fútbol, está diseñada para dificultar que los migrantes trepen o naden por debajo de las boyas.
La cancillería recordó el miércoles que México había advertido sobre los riesgos y que la barrera viola tratados sobre el uso del río y la soberanía mexicana. “Externamos nuestra preocupación sobre el impacto a los derechos humanos y seguridad de los migrantes que tendrán estas políticas estatales”, señaló su comunicado.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha demandado a Abbott por el muro flotante. La demanda presentada el lunes pide a un tribunal que obligue a Texas a quitarla porque, de acuerdo al gobierno de Joe Biden, problemas humanitarios y medioambientales.
Las boyas son la escalada más reciente en la campaña de Texas por reforzar la frontera, que incluye además el despliegue de alambres cortantes y el arresto de migrantes para acusarlos de invasión de propiedad privada.
Los ahogamientos de migrantes son frecuentes en el río Bravo. El fin de semana del 4 de julio, antes de la instalación de las boyas, cuatro personas, entre ellas un menor de edad, se ahogaron en el río cerca de Eagle Pass.