El sábado por la noche, los iraníes realizaron vigilias en varios puntos de Irán para recordar a las víctimas del vuelo 752 de Ukrainian Airlines que se desplomó el 8 de enero poco después de despegar. Sin embargo, a las pocas horas, las demostraciones pacíficas se transformaron en una multitudinaria protesta contra el régimen, que Teherán, después de tres días de negar cualquier intervención en la tragedia, por fin admitió que atacó la nave y la derribó.
En la Universidad de Amirkabir, los manifestantes coreaban, “Abajo el dictador” y “vergüenza de la IRGC [Guardia Revolucionaria], que se vaya”, en referencia al ayatollah Khamenei. En la Universidad Sharif, multitudes de iraníes indignados coreaban: “Comandante en jefe, renuncia”. El comandante en jefe en Irán, es el líder supremo.
Los manifestantes también exigieron que los responsables del derribo del avión civil sean juzgados públicamente y que rindan cuentas. La multitud también condenó a la fuerza de seguridad interna paramilitar de la República Islámica, cantando ‘Muerte a Basij’.
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Al caer la noche, la policía antidisturbios intentó interrumpir las protestas con gas lacrimógeno. Policías armados con escudos y porras trataron de dispersar a la multitud, y la policía disparó cañones de agua contra la multitud de manifestantes.
Durante días, Irán afirmó que un fallo técnico causó el accidente, pero finalmente admitió que sus propios misiles tierra-aire derribaron el avión.
Además de las protestas en Teherán, las redes sociales se llenaron de comentarios y de fotografías de las víctimas de esta tragedia con las etiquetas #error_humano y #compatriota_asesino, en farsi.
“¿Error humano? ¿Quién de ustedes es humano?”, se preguntó un internauta en alusión a las autoridades iraníes, que hasta hoy negaron la hipótesis de que un misil alcanzó el avión.
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Esa negación fue muy comentada en las redes sociales, donde muchos expresaron que las autoridades deberían haber esperado al resultado de las investigaciones en vez de formular mentiras y haber asumido su responsabilidad desde el principio y no al verse acorraladas por las denuncias de otros países.
Las especulaciones sobre la posibilidad de un caso de derribo comenzaron el mismo día del siniestro y cobraron fuerza el jueves 9 de enero cuando el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que su Gobierno tenía información de que el Boeing 737 fue alcanzado por “un misil tierra-aire iraní”.
Las fotografías de los fallecidos circularon por Twitter e Instagram, con comentarios como “ellos muertos por un error y sus familias en ese gran dolor soportando mentiras”.
“¿Cómo puede ser que no sepan lo que atacaron pero inmediatamente se enteraron de la muerte de (Qassem) Soleimani?”, escribió un usuario de Twitter. Otro se preguntó cómo debió sentirse el piloto: “¿Por qué nos han atacado a nosotros? ¡Qué salvajes! ¿No les dan pena sus propios compatriotas?”.
El avión se estrelló al sur de Teherán tras despegar del aeropuerto internacional Imán Jomeiní con destino a Kiev, pocas horas después de que Irán atacara con misiles una base en Irak con presencia de tropas estadounidenses.