En Florida, una profesora y dos ayudantes han sido arrestadas después de que salieran a la luz los castigos «intencionales y maliciosos» con los que mortificaban a tres niños autistas de la escuela.
Según confirmó la investigación policial, las tres procesadas encerraban a los alumnos a oscuras en el baño de la clase. Si se atrevían a encender la luz o a abrir la puerta, las acusadas aumentaban el tiempo de duración del castigo.
Además, atormentaban a uno de los estudiantes tocando un silbido cerca de su oído, a pesar de que el menor utiliza protectores en las orejas por el miedo que siente a los ruidos fuertes.
Los hechos se produjeron en la escuela Silver Sands, en Fort Walton Beach. La maestra del centro, Margaret Wolthers, de 48 años, impartía los castigos junto a sus dos ayudantes, Diana LaCroix y Carolyn Madison. Las tres consideraban que sus prácticas eran «aceptables», según declararon a los investigadores de la policía de Okaloosa.
«Los compañeros de clase que fueron testigos de los hechos, dicen que las víctimas gritaban y lloraban cuando los encerraban en el baño, y que uno llegó a permanecer ahí durante más de 90 minutos» informó el alguacil de Okaloosa, Larry Ashley.
Fue una empleada del centro quien reportó los actos de sus compañeras ante la policía, el pasado diciembre. En un comunicado, el alguacil señaló que aunque la denuncia se realizó ese mes, probablemente los abusos comenzaron tiempo antes. Añadió que podría haber otras víctimas.
Según las indagaciones, las procesadas habrían encerrado a los tres alumnos, de entre ocho y 10 años, «de manera individual» y hasta en tres ocasiones dentro del baño de la clase.
Para asustarlos, apagaban la luz y cerraban la puerta. A pesar de sus llantos y chillidos, no les permitían salir ni presionar el interruptor.
A uno de los estudiantes le silbaban en el oído a pesar de los protectores que utilizaba por su miedo a los ruidos. La maestra y sus ayudantes, sostenían los brazos del alumno para que no pudiera taparse las orejas. Lo hacían, según declararon, «para corregir su comportamiento».
«Nosotros, en el Distrito Escolar no toleramos acciones como estas ni inacciones que afecten a la salud, al bienestar o a la seguridad de nuestros estudiantes» dijo el supervisor de la escuela, Marcus Chambers.
Las procesadas habían dedicado entre 13 y 21 años de trabajo al ámbito educativo. Wolthers, Lacroix y Madison enfrentan ahora una pena que podría alcanzar los 30 años de cárcel y una fianza de USD 10.000, acusadas de abuso infantil.