«Reconstruiremos Notre Dame», prometió el presidente de Francia, Emmanuel Macron, después de visitar la emblemática catedral parisina que fue parcialmente arrasada por un voraz incendio. «Se ha evitado lo peor, aunque todavía no hemos ganado la batalla totalmente», dijo el mandatario francés, visiblemente emocionado, antes de agradecer a los bomberos por haber salvado las dos torres y la fachada del monumento.
«Las próximas horas serán difíciles», añadió, describiendo el siniestro como una «terrible tragedia», pero señaló que Francia hará un llamado «a los más grandes talentos» para reconstruir el edificio.
Macron tenía previsto dirigirse al país en la tarde del lunes para anunciar medidas frente a la crisis de los «chalecos amarillos», pero debió cancelar su discurso para dirigirse al lugar del siniestro.
Los bomberos de París luchaban en la madrugada del martes contrarreloj para sofocar las llamas en un intento de salvar la emblemática catedral de Notre Dame de París del incendio que ya derribó la aguja y el techo. Por el momento consiguieron «preservar» la estructura.
«Podemos considerar que la estructura está a salvo y preservada en su globalidad», informó el comandante de la brigada de bomberos de París, Jean-Claude Gallet. Era la noticia que toda la ciudad esperaba desde hacía horas, con el corazón en un puño.
«El fuego bajó de intensidad», declaró el secretario de Estado de Interior Laurent Nuñez, muy aliviado. Poco antes había dicho que no estaba seguro de que se pudiera «frenar la propagación en la torre norte».
Se desconoce el origen del fuego, que se declaró alrededor de las 18:50 (16:50 GMT) en una zona del tejado que estaba siendo remodelada. Los bomberos indicaron que está «potencialmente ligado» a las obras.
Una investigación judicial por «destrucción involuntaria» fue abierta en Francia tras el incendio que arrasaba la catedral de Notre Dame, indicó el lunes la fiscalía de París.
Los investigadores privilegian la pista de un incendio accidental que comenzó en el techo de la catedral, donde se realizaban obras de renovación, indicó una fuente cercana a la investigación.
Las llamas se propagaron rápidamente y una enorme nube de humo visible a kilómetros de distancia envolvió el monumento histórico más visitado de Europa en plena Semana Santa.
En poco más de una hora el fuego echó abajo la aguja de 93 metros de alto, provocando un grito de horror entre la muchedumbre agolpada en los puentes del Sena y en las calles adyacentes.
Con su caída desaparece una parte de la historia de la Ciudad Luz. «París está desfigurada. La ciudad nunca volverá a ser como antes», lamentaba Philippe, un francés de unos 30 años.
«Todo está siendo devorado por las llamas. No quedará nada de la estructura, que data del siglo XIX de un lado y del XIII del otro», dijo a la AFP el portavoz de la catedral gótica, André Finot, temiéndose lo peor.
Alrededor de 400 bomberos están movilizados con mangueras de agua tras descartar el uso de aviones cisterna para evitar que la presión del agua provocara el colapso del monumento.
La alcaldía de París puso en marcha una operación para «salvar todas las obras de arte». Una parte de la isla de la Cité, el barrio donde está ubicada la catedral, fue evacuada. La policía pidió a la población que evitara el sector y «dejara paso a los vehículos de rescate».
Las impresionantes imágenes dieron la vuelta al mundo, difundidas en directo por las televisiones y las redes sociales.
La catedral de Notre Dame, con alrededor de 13 millones de visitantes al año, es el monumento histórico más frecuentado de Europa y ha sido inmortalizado por Victor Hugo.
Nada es eterno, absolutamente nada ni nadie. Sería más importante que reconstruya la sociedad de su país en problemas.