Cuando amanecía el lunes 27 de noviembre de 1989, el avión 203 de Avianca explotaba en los aires en jurisdicción de Bogotá, dejando 110 personas muertas. El atentado fue firmado por ‘Los Extraditables’, conformado por miembros del Cártel de Medellín, no se sabe con certeza aun si había uno o más objetivos. Pero sí quién fue el único que pagó por el hecho: Dandenis Muñoz Mosquera, alias ‘La Quica’, uno de los sicarios de confianza de Pablo Escobar, que siempre negó su responsabilidad, y a quien otros narcos respaldaron. Pero que aun paga pena en Estados Unidos.
Como toda la red sicarial de Escobar, Dandenis nació en una familia humilde, en Medellín. Era uno de los quince hijos de un policía, Fernando, y de una trabajadora social voluntaria de la cárcel de Bellavista, Lilia. Su vida estuvo rodeada por el crimen, aunque su ejemplo fue la del camino de los ‘buenos’. Pero en las comunas del nororiente de la ciudad, terminó cediendo a la vida fácil que por los años 80 había traído el oro blanco, la cocaína. De nada serviría el sermón del padre que se convirtió en pastor, ni de la iglesia cristiana que fundaron.
Dandenis se hizo llamar ‘La Quica’ -como le decían a una tía- cuando fue reclutado por el líder del Cartel de Medellín mientras estudiaba el bachillerato. Se convirtió en parte principal del grupo en el que también estaban John Jairo Arias, ‘Pinina’; Víctor Granada, ‘El Zarco’; Luis Carlos Alzate Urquijo, ‘Arete’; y Jhon Jairo Velásquez, ‘Popeye’. Llevado por su propio hermano Brancys, alias ‘Tayson’ por su parecido con el excampeón mundial de boxeo.
Fue justo la época en la que el mafioso pagaba 659 dólares por policía asesinado. ‘La Quica’ se llevó por delante más de cincuenta uniformados entre marzo y junio de 1989. No era difícil de contar, las iniciales ‘KK’ estaban en cada cadáver para asegurar la recompensa. Por los hechos fue encarcelado dos veces, y en ambas se fugó de la cárcel sobornando guardias. Primero en agosto de 1988 en la prisión de Bellavista, y luego en abril de 1991 en la Modelo, de Bogotá.
Al poco tiempo de la última fuga, ‘La Quica’ coordinó la operación del homicidio del ex ministro de Justicia, Enrique Low Murtra. Y para entonces ya era objetivo militar de Estados Unidos, pues dos años antes habría ocurrido una monumental tragedia nunca antes vista en el país sobre la que se sospechaba de su participación.
Atentado de Avianca
A las 7.11 de la mañana de ese 2 de noviembre de 1989, un avión de Avianca con 107 pasajeros, entre ellos dos estadounidenses, despegó del aeropuerto El Dorado, de Bogotá, con destino a Cali. Cinco minutos después del despegue, el ocupante del asiento 15F abrió el maletín que llevaba bajo sus pies y presionó, sin saber el resultado, un botón rojo que había dentro. Había sido bastante dinero solo por llevar una encomienda a la otra ciudad y hacer esa pequeña operación.
Una estela de fuego se dibujó en el cielo y enormes pedazos de metal cayeron a tierra. Una pequeña explosión en la mitad del aeroplano, donde se articulan las alas con el fuselaje, bastó para destruir el avión completo. Nadie sobrevivió. Ni las seis personas de la tripulación, ni los 101 pasajeros. Y a tres más en tierra le cayeron encima los restos de la nave. Un total de 110 muertos. En Colombia todo fue confusión.
Hasta que un hombre hizo una llamada a una emisora de Bogotá para enviar un mensaje: ‘Los Extraditables’, miembros del Cartel de Medellín, mandaban a decir que fueron ellos. Se dice que el atentado terrorista iba dirigido al entonces candidato presidencial, César Gaviria, quien al final no tomó el vuelo; o a dos informantes de la Policía que sí se subieron. ‘Popeye’ diría muchos años después, en el documental Las Víctimas de Pablo Escobar, que recibieron ayuda del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).
El hecho es que nadie pagó por eso, solo ‘La Quica’, con varias cadenas perpetuas que no ofrecen acuerdos ni conciliaciones. Primero fue enviado a la prisión de más alta seguridad de Estados Unidos, la ADX Florence, en Colorado, donde la mayoría de los presidiarios son terroristas de Al Qaeda. Tan duro es el lugar que ningún guardia del sindicato federal de prisiones quiere trabajar allí. En 2012 hubo déficit por ello. Y desde que abrió en 1994 han sido asesinados dos reclusos y cuatro se han suicidado.
Dandenis Muñoz Mosquera llegó haciendo ‘voto de silencio’, siempre negó su participación en el hecho. Así duró 15 largos años, sin hablar una sola palabra. Mientras que, según contó The Guardian, algunos presos extranjeros rezaban contra la pared de su celda esperando escuchar su propio eco para que no se les olvidara su idioma. De las 24 horas del día pasaban 23 en encierro, en una celda de 1,20 metros de ancho y 2 de largo. El desayuno era a las 3 de la mañana, el almuerzo a las 9 y a las 4 de la tarde la cena.
En 2010, ‘La Quica’ fue trasladado a una cárcel de mediana seguridad de la Costa Este por buen comportamiento. Recién entonces pudo recibir, después de dos décadas, la visita de su madre Lilia Mosquera, que tenía 83 años. Y aun sigue en esa prisión.
La captura
En septiembre 1991, ‘La Quica’ se encontraba en Nueva York para realizar una misión secreta, al tiempo que varios dirigentes mundiales se dirigían a las Naciones Unidas, entre ellos el entonces presidente estadounidense, George H.W. Bush. La DEA tenía información de que estaría en una cabina telefónica de Queens, ahí lo rodearon. Fue capturado por portar documentos falsos. Pero al tiempo lo acusaron por tráfico de droga y le dieron inicialmente una condena de seis años.
Cheryl Pollak, procuradora asistente para el Distrito Oriental de Nueva York, consiguió el testimonio de Jimmy Ellard, un ex piloto texano de la Fuerza Aérea en Florida, quien trasportaba cocaína desde Medellín a Estados Unidos. Hubo más de 30 personas que declararon en contra de Muñoz Mosquera por narcotráfico, homicidio y terrorismo; pero fue él quien lo vinculó al atentado del avión de Avianca. Para entonces la justicia estadounidense no conocía detalles del no resuelto crimen, pero lo añadieron a los cargos de ‘La Quica’.
En el juicio, el colombiano ya se había convertido en el autor material de la explosión del avión, de un ataque con cohetes a la embajada de Estados Unidos en Bogotá y hasta de unas dinamitas contra la sede del DAS que dejó 80 muertos. Ellard testificó que en 1989, en una reunión en la hacienda Nápoles, Pablo Escobar planeaba la explosión. Y Pollak sacó una grabación en la que supuestamente Muñoz confiesa al cubano Keny Vázquez la participación en el atentado y otro que se planeaba en Manhattan. Así lo contó El Tiempo en ese momento.
‘La Quica’ siempre negó la conversación, y catalogó la grabación como un montaje. Pese a ello, después de cuatro años de juicio y 45 testigos, fue sentenciado a 10 cadenas perpetuas, cuando solo tenía 26 años.
¿Error?
Años después salió a la luz nueva información de las autoridades colombianas que contradecían a la norteamericana. En ella alegaban que Dandenis Muñoz Mosquera nunca estuvo vinculado con la bomba de Avianca, pese a su extenso prontuario criminal. Para entonces, otro sicario de Escobar, Carlos Mario Alzate Urquijo, alias ‘El Arete’, confesó ser el responsable del diseño del plan, y confirmó que buscaban asesinar al liberal Gaviria.
El fiscal de entonces, Gustavo De Greiff, envió esas nuevas pruebas a la justicia estadounidense. Dicen que eso le significó la cancelación de su visa. «Es algo muy ilógico. En el país donde sucedieron los hechos y que hizo la investigación, nunca me acusaron. Y en un país ajeno a los hechos, con puras mentiras y testigos falsos, me condenaron por ello», aseguró la propia ‘Quica’ en entrevista en La W Radio.
‘Popeye’ también declaró en un documental que el atentado fue financiado por alias ‘El Taxista’, el explosivo fabricado por ‘El Suizo’ y el ejecutor fue ‘El Arete’ con apoyo de agentes del DAS pagados por los hermanos Castaño. «La Quica nunca estuvo en el plan», dijo. Hasta el ex agente del FBI Frederick Whitehurst desenmascaró uno de los testigos del juicio del colombiano.
«En el momento en el que me arrestaron no tenían una sola acusación contra mí (…) Me dijeron que si no ayudaba a ubicar a Pablo Escobar me iban a condenar por otros delitos muy graves, que merecían pena de muerte o dejarme de por vida en la cárcel. Buscaron testigos falsos, gente que yo nunca había visto en mi vida. La grabación fue editada por la DEA y el FBI para inculparme. Yo me vine para Nueva York porque me iban a matar en Colombia, y no para atentar contra nadie».
Eso afirmó Dandenis Muñoz Mosquera en la única entrevista que concedió en la cárcel, a La W Radio. Y pese a sus alegatos, nada indica que pueda salir de esa prisión hasta su muerte.
*Por Adriana Chica, Publicado en Infobae