La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, explicó este miércoles que la Unión Europea (UE) se está planteando suspender las exportaciones de vacunas dirigidas al Reino Unido si este país continúa sin enviar a territorio comunitario dosis del fármaco de AstraZeneca que se produce en las plantas británicas.
En una rueda de prensa, Von der Leyen detalló que las empresas europeas han exportado diez millones de vacunas al Reino Unido en las seis últimas semanas, lo cual le sitúa como el país tercero que más vacunas producidas en Europa recibe, mientras que la UE “sigue esperando” a recibir dosis de AstraZeneca producidas en territorio británico.
La mayor parte de la preocupación de la UE se centra en el Reino Unido, hogar de la vacuna AstraZeneca, ya que allí la campaña de vacunación ha progresado a un ritmo mucho más rápido que en el continente.
Bruselas ha acusado a Londres de aplicar una prohibición de facto a las exportaciones para lograr el éxito de su campaña de vacunación, una afirmación que el gobierno del primer ministro Boris Johnson ha negado furiosamente.
“En nuestro contrato con AstraZeneca hay incluso dos plantas en el Reino Unido que se incluyen para la potencial entrega de vacunas a la Unión Europea. Seguimos esperando a que las dosis lleguen del Reino Unido. Esto es una invitación a que nos muestren que habrá dosis del Reino Unido que lleguen a la UE, de forma que haya reciprocidad”, señaló Von der Leyen.
Según cifras de la CE, desde febrero se han aprobado 340 solicitudes para enviar 41 millones de vacunas a 33 países diferentes mientras que solo se ha rechazado una destinada a Australia, lo cual muestra, en su opinión, que la Unión está intentando poner en práctica la “cooperación internacional”.
Sin embargo, advirtió, esto “tiene que funcionar en ambos sentidos” y pidió “reciprocidad y proporcionalidad” para que la UE también reciba estos fármacos del exterior.
“Si la situación no cambia, tendremos que reflexionar sobre cómo lograr que las exportaciones a países productores dependan de su nivel de apertura”, alertó la presidenta dela CE, que dijo que la Unión Europea está “preparada para utilizar cualquier instrumento a nuestra disposición” para lograr esa reciprocidad.
“Es difícil explicar a nuestros ciudadanos por qué vacunas producidas en la Unión Europea se están exportando a países que también producen vacunas, pero la UE no recibe nada. Queremos ver el flujo en ambas direcciones”, añadió.
La campaña de vacunación de Europa ha tenido problemas para despegar debido a los retrasos en las entregas y una amarga disputa con el gigante farmacéutico AstraZeneca y los temores sobre la seguridad de su vacuna.
“CRSISI DEL SIGLO”
La ex ministra de Defensa alemana dijo que “todas las opciones están sobre la mesa” para resolver el asunto y que la situación de las vacunas será abordada entre los líderes de la UE en las conversaciones la próxima semana.
“Estamos en la crisis del siglo. Y no descarto nada por ahora”, dijo, mencionando brevemente los poderes de emergencia utilizados durante la crisis petrolera de la OPEP de la década de 1970.
Von der Leyen dio su advertencia cuando Bruselas dio a conocer su plan para un certificado sanitario de vacunación, parte de su esfuerzo por liberar viajes en el bloque a pesar de una tercera ola emergente de la pandemia.
El certificado mostrará “si la persona ha sido vacunada, tiene una prueba negativa reciente o se ha recuperado de Covid y, por lo tanto, tiene anticuerpos”, dijo von der Leyen.
La idea es permitir que los turistas vacunados eludan las restricciones a los viajes no esenciales que se han extendido por Europa, ya que una segunda y tercera ola de infecciones por Covid-19 paralizó muchos viajes dentro de la UE.
“Con este certificado digital, nuestro objetivo es ayudar a los estados miembros a restablecer la libertad de movimiento de una manera segura, responsable y confiable”.
El plan, sin embargo, enfrentará una fuerte resistencia de muchos estados miembros, una preocupación clave es que aquellos que aún esperan recibir las vacunas serían discriminados.
Además, a algunos estados miembros les preocupa que el camino legal para crear el pase, que incluiría la aprobación del Parlamento Europeo, lleve demasiado tiempo, con las vacaciones de verano a solo tres meses de distancia.
La comisión insiste en que el proceso puede acelerarse y está trabajando para tenerlo listo para junio.